Por: Carlos Meneses

“Esperamos que el gobierno regional de Arequipa defienda la existencia del Centro de Rehabilitación para Ciegos Adultos.”

Hace 26 años nació en Arequipa el Centro de Rehabilitación de Ciegos destinado a conseguir que aquellos hombres y mujeres que perdieron la vista por enfermedad o accidente pudieran rehacer su vida aprendiendo a superar la discapacidad presentada. Este centro es único en el Perú donde se ha practicado esta forma de devolverlos a una realidad acorde con su nuevo estado, haciéndolos útiles a la sociedad, a sus familias y distribuyendo al resto del país, por el sistema virtual, lo que se suponían ya no eran capaces de hacer.

Quienes han recibido y disfrutado esta experiencia están ahora preocupados pues el Centro de Rehabilitación para Ciegos Adultos de Arequipa (CERCIA-Arequipa) está amenazado por un posible cierre de la institución para transformarla en un lugar de capacitación magisterial, advirtiendo que esta se puede convertir en una experiencia compatible. Lo que significa que 70 estudiantes terminen su aprendizaje y formas de acostumbrarse a superar el mal ya sufrido que, generalmente, termina por deprimirlos y volverlos totalmente inútiles.

Corresponderá al gobierno regional de Arequipa, en especial a la Gerencia de Educación, el evitar que esto ocurra y procurar que a nivel nacional se extienda un beneficio que empezó en Arequipa donde por acción de la Iglesia y de especialistas se ha ayudado a quienes sufren ceguera para que consigan trabajo y recuperación y devolverlos a ser seres útiles y capaces de vencer su mal.

Siendo la única institución que se dedica a esta tarea hay que aprovechar lo logrado en el conocimiento para que su profesorado no solo continúe trabajando sino multiplicando su experiencia con similares que podrían existir en el extranjero.