Toma de Lima
Por: Aldo Llanos – El Montonero
1.- No importa si hay violencia porque es la única manera de que les hagan caso
De ese modo, las personas se subordinan a los fines y quién afirme ello, demuestra que no le importan las muertes (por más que se rasgue las vestiduras públicamente) sino, el uso político de estas.
En efecto, no se escuchan demandas sociales claras, todas son políticas, no piden nada para sus comunidades sólo se repiten consignas ideológicas.
2.- ¿Cómo probar que la autoría de los actos vandálicos es de los manifestantes? (Podría ser gente del gobierno pagada para hacer vandalismo)
Porque además de ser una posibilidad muy pero muy remota (dado el repetido ataque a sedes del Poder Judicial y de comisarías en donde están registradas las denuncias y los procesos contra mineros informales, contrabandistas, narcoterroristas y tratantes de personas quienes serían los verdaderos beneficiados de la pérdida de documentos incriminatorios), dicha afirmación pretende pasar por alto la responsabilidad de los vándalos y delincuentes que operan en dichas manifestaciones. Nuevamente, “el fin justifica los medios”.
3.- Se preocupan más por las cosas materiales (infraestructura estatal) que por las vidas humanas
La típica falacia de falso dilema. Además, están destruyendo infraestructura al servicio del ciudadano que lo requiere; como los pacientes en ambulancia quienes murieron al no poder llegar a un hospital por los bloqueos y que lo costeamos todos con nuestros impuestos.
Además, en el fondo, es decir: “Que se jodan todos y las cosas que no son exclusivamente mías”. Si a las personas que afirman eso les destruyesen sus casas o sus pertenencias, serían los primeros en pedir indemnizaciones… ¡estatales!
4.- La izquierda está detrás de esto
Esta afirmación no es del todo precisa. Esta es una protesta a modo de “rizomático” (Guattari); es decir, que no tiene una cabeza visible o liderazgo promontorio, sino que la conducción de esta es llevada a cabo por múltiples cabezas con diversas agendas, que van desde una amnistía tributaria hasta el pedido por la conformación de una Asamblea Constituyente.
En ese sentido, es vergonzosa la aparición de Sigrid Bazán, Indira Huilca y demás políticos de izquierda quiénes pretender erigirse en la cara visible de la protesta rizomática y así poder capitalizar futuros votos luego de haber sido aliados y haber sostenido al desastroso gobierno del investigado por corrupción Pedro Castillo.
5.- Para parar con la violencia y empezar el diálogo, debe renunciar la presidenta y todo el Congreso
Quiénes hablan así en el fondo no quieren dialogar con alguien, sólo quieren alcanzar sus fines ideológicos. Dialogar, en su más alto sentido, es un arte que consta en la puesta en común de posiciones divergentes. Hay verdadero diálogo, cuando dos personas con posiciones opuestas se ponen de acuerdo cediendo algo en pos del bien común.
En este momento, se encuentran los manifestantes y el gobierno quienes deben ponerse de acuerdo por medio de interlocutores autorizados. Que una de las partes niegue la participación del otro, sólo demuestra que el diálogo y el bien común no les importa, sólo sus fines y un egoísmo monumental ya que nos perjudicamos todos.