Por: Erika Romero Díaz

Las marchas en contra del gobierno de Dina Boluarte y para demandar el adelanto de elecciones generales ha revelado que el liderazgo de las organizaciones sociales en Arequipa ha decaído notablemente y no se han mantenido vigentes.

SOSTIENE PRESIDENTE DEL FACA

Ramón Pachas Vela, presidente del Frente Amplio Cívico de Arequipa (FACA) señaló que la pandemia del coronavirus les ha jugado en contra y que por ahora es Puno, seguido de Cusco y Apurímac, las regiones que llevan la batuta en la protesta contra el gobierno central. Arequipa queda relegada al sexto lugar.

El no tener una oficina donde reunirse con los pobladores y escuchar sus reclamos le ha restado presencia. Antes el FACA operaba desde sus oficinas de la calle Melgar donde ahora está el despacho regional del congresista, Edwin Martínez Talavera.

“Al no reunirnos, no hay nuevos liderazgos porque los nuevos líderes de las organizaciones sociales no caen del cielo sino de emergen de las reuniones”, nos dice.

Pachas ayer se entrevistó en el local de la Federación Departamental de Arequipa (FDTA) con el secretario general de ese gremio, José Luis Chapa Díaz, el representante del FREDICON, Felipe Domínguez, en la reunión estuvo presente Jorge del Carpio, médico izquierdista que antes organizaba los jueves pensionarios donde marchaba con adultos mayores por la Plaza de Armas.

A Pachas le preguntamos por qué los dirigentes de las organizaciones sociales no son constantes, es decir sus marchas de protesta aparecen de tiempo en tiempo y luego se diluyen.

Nos responde que él como representante del FACA se dedicó a realizar gestiones ante el gobierno central e instituciones locales y que en enero de este año salió a marchar junto con sus agremiados. También tiene muy presente que una de las grandes paralizaciones en las que participaron fue el “arequipazo”. Otra más cuando el presidente regional era Juan Manuel Guillén Benavides y concretaron la construcción de una planta de agua y otra de aguas hervidas.

El FACA, la FDTA y Jorge del Carpio no tienen las mismas plataformas de lucha. Él concuerda con el adelanto de elecciones, el cierre del Congreso, pero no una Asamblea Constituyente ya, sino que primero se les haga la consulta y después sea el siguiente Congreso el que convoque a una Constituyente que se desarrolle en un marco democrático.

“La Asamblea no tiene que ser el resultado de una imposición sino de un acuerdo. Vea uno tiene que saber dialogar y también analizar cuánto pueden durar las marchas de protestas porque son los más humildes los que viven el día a día los que se perjudican”, dijo.

En esa línea de ideas aseguró que, si la presidenta Dina Boluarte no tendría encima los 60 fallecidos en protestas, muchos de ellos por bala, no tendría inconvenientes en sentarse a dialogar o también podría designarse a una comisión de alto nivel que podría ser liderada por la Iglesia para tender puentes de diálogo.

NÚMEROS QUE HABLAN

En anteriores oportunidades Domínguez ha señalado que desde Arequipa partieron entre 30 a 40 personas a marchar en Lima y que enviarán pronto un segundo grupo, pero esa cantidad de manifestantes para una ciudad tan grande como Lima no es muy significativa.

“En las calles de Lima se ve a los hermanos puneños durmiendo a la intemperie”, cuenta Pachas quien participará en la jornada de protestas convocada para mañana.