¿Fracasó la Inteligencia?
Por: Carlos Meneses
“El Servicio de Inteligencia debe ser confiado a alto nivel profesional para bien servir a la Nación y evitar sorpresas desagradables y penosas como la sufrida en el Vraem”.
Una de las más frecuentes críticas a la gestión de Pedro Castillo fue el cambio de ministros de Estado pues ello traía, como consecuencia lógica, un desbarajuste en el quehacer de la administración estatal y también, como se conoció apenas producido el cambio de gobierno, no hubo un trato adecuado al funcionamiento de la Inteligencia Nacional que sirve por igual no solo al gobierno sino fundamentalmente a organismos que custodian a la República y que informan periódicamente a la jefatura de Estado.
Después de la Operación Patriota que no logró el objetivo fundamental de detener a Palomino, pero que sí puso al borde del descalabro a la subversión, que significa la venta y distribución de droga en todo el mundo; se podía y debía esperar un contragolpe de quienes, desde hace años, conspiran para ganar dinero, desestabilizar a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas y crear zozobra permanente en el país.
Lo terrible de lo ocurrido en el Vraem, el recién pasado fin de semana, evidenció que no se tomaron medidas prudentes para la anunciada venganza de los enemigos de la peruanidad y por eso el alto precio de 7 vidas que la Policía Nacional del Perú ha pagado por la Operación Patriota.
Es necesario confiar la tarea de Inteligencia a mejores recursos técnicos y económicos, para realizarla colaborando conjuntamente con la Fuerza Armada. La Policía Nacional y su Servicio de Inteligencia debe asumir la delicada función de este sector en la lucha contra el tráfico de drogas y también, es de advertirse, en los desórdenes callejeros de las últimas semanas.