— Redacción Diario El Pueblo —

ALEMANIA

El Gobierno alemán levantará todas las restricciones anticovid todavía en vigor el próximo 1 de marzo, antes lo que estaba previsto, con la excepción del uso de mascarilla para los visitantes de hospitales y residencias de ancianos.

El ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, anunció hoy la medida, adoptada por consenso con los responsables de Sanidad regionales, en una breve comparecencia en la que afirmó que la pandemia deja poco a poco de infundir «terror».

A pesar de que todavía no haya pasado por completo, el virus se puede ahora «dominar» en la vida cotidiana, señaló Lauterbach, que es conocido por su línea favorable a las restricciones y a la cautela ante la pandemia.

El ministro argumentó que en la actualidad hay pocos pacientes con cuadros de la COVID-19 graves, por lo que está justificado eliminar las restricciones antes de la fecha prevista en abril, con la salvedad de la obligatoriedad del uso de mascarilla para quienes realizan visitas en hospitales y residencias.

«Todo lo demás acaba el 1 de marzo para que podamos vivir por fin un trozo de normalidad», afirmó el ministro socialdemócrata.

MEDIDAS AÚN VIGENTES

Las restricciones vigentes actualmente incluyen el uso de mascarilla para trabajadores del sistema sanitario y residencias y para las personas que habitan en estas últimas, así como la realización de tests obligatorios periódicos para estos grupos y para los visitantes de los hospitales.

A principios de febrero se eliminó otra medida vigente hasta entonces a nivel federal, el uso de mascarilla en el transporte interregional.

Otras restricciones que son competencia de los estados federados, como la mascarilla en el transporte público o el aislamiento obligatorio de cinco días para los contagiados, han ido desapareciendo también de forma progresiva en los últimos dos meses.

Según datos del Instituto de virología Robert Koch (RKI), en las últimas 24 horas se registraron 21.632 nuevos contagios de la COVID-19 y 112 muertes, mientras que la incidencia acumulada a siete días se situó en 95,7 casos por cada 100.000 habitantes.

Sin embargo, los expertos creen que las cifras reales son mucho más elevadas ya que las estadísticas oficiales sólo contabilizan los resultados de las pruebas PCR, que sólo se realizan ya en casos específicos.