Por: Carlos Meneses

“La descentralización tiene fallas que se evidencian, pero también demuestran que los errores están en quienes la proyectaron y no supieron enderezarla”.

El ministro de Economía, Alex Contreras, ha sido categórico en afirmar que la descentralización, que se inició con las Corporaciones de Desarrollo y siguió con los Gobiernos Regionales, ha sido un fracaso.

Al lamentar el hecho lo quiso sustentar en la utilización insuficiente de los recursos que se les asignó en el presupuesto que han tenido los gobiernos regionales del último año, señalando, además, que los años anteriores han sido iguales. Sin fijarse que en la misma situación se han encontrado deficiencias en los municipios provinciales y distritales y también en el gobierno central. Así que mal de muchos no debe ser consuelo de tontos.

Es verdad que la descentralización carece de sustento técnico y sería posible en regiones como Arequipa que tiene varias universidades, colegios profesionales organizados, instituciones suficientemente válidas para desarrollarse y, finalmente, reconocimiento de realidades es que la ayuda estatal central no ha funcionado como era deseable.

Ahora resulta que cada uno de los ministros son una especie de colones que descubren lo que todo el mundo sabe y que nadie lo dice porque no conviene a los intereses de quienes siendo empleados del Estado no hacen el esfuerzo indispensable no solo para capacitarse sino para exigir a sus superiores que logren el progreso de sus pueblos.

Si la descentralización sufre estos daños, es necesario encontrar la base de la ocurrencia para ponerle solución y remedio a lo que de otra manera terminará por perjudicar a la población.