Por: Jorge Delgado – RERUM NOVARUM

Lo cierto es, que el Congreso de la República hoy tiene en sus manos la decisión del adelanto de elecciones. El presidente de la república hace ya algún tiempo ya no tiene la responsabilidad y ha dicho claramente que esto es decisión del Congreso.

Así como elegimos democráticamente en las últimas elecciones al presidente y su plancha, hemos elegido también a nuestros representantes en el congreso mediante una lista. Obstinadamente, el ciudadano que votó por la plancha presidencial de Perú Libre y sobre todo, los manifestantes que protestan en contra de la presidenta actual y del congreso, no pueden y no quieren asumir la responsabilidad de su voto por congresistas actuales de la lista de Perú Libre.

Los que no votamos, también democráticamente, por Perú Libre, también somos responsables de que el poder ejecutivo y legislativo hagan lo que deben hacer, porque actuamos como espectadores y dejamos pasar lo que está sucediendo sin hacer ninguna denuncia o tomando alguna acción.

Rescatamos el hecho de que haya habido manifestaciones en favor de la paz en contra de estas manifestaciones radicales. Pero, también debemos ser consecuentes de que en el Perú hay serios problemas sociales, manifestados en las condiciones de pobreza, sobre todo de las zonas rurales y urbano marginales.

Esto, causado en gran parte por la «derecha cavernaria», no de ahora, sino desde hace ya muchísimos años atrás, dejando en la ignorancia a esta gente, causando la pobreza, porque es la manera más fácil de explotarla, e indirectamente, conduce a la falta de conciencia de voto.

Hoy, esa falta de conciencia en el voto, ha permitido que personas seriamente cuestionadas, sean elegidos para los servicios públicos. Y lamentablemente, un grupo mayoritario de esas personas, hoy están en el congreso y por ende, en varias de las entidades públicas; no solo en el ejecutivo y legislativo, sino también en los municipios y gobiernos regionales.

En algunas conversaciones de lo anteriormente escrito, sobre todo los que ya tenemos cierta edad y memoria, nos hemos dado cuenta de que la política en el Perú tiene representantes, primero y definitivamente, gente de dudosa reputación moral. Y segundo, de falta capacidad. Todo esto, demostrado en la corrupción galopante existente y en la capacidad de gasto de las entidades públicas. El año pasado estamos en el puesto 36 de 90 países vistos en términos de corrupción, estando en la zona ”roja» por así decirlo.

En la capacidad de gasto, 13 de 25 regiones no lograron gastar más del 50% de su presupuesto en el 2022. Ni hablar del canon minero, gobernadores, consejeros, alcaldes y regidores elegidos por nosotros han demostrado esa falta de ética y de capacidad. En Arequipa la muestra es más que contundente, Cáceres Llica y Candia son una clara muestra de lo que estamos hablando.

Hoy en día, es una vergüenza escuchar y ver los debates en el congreso. Los que hemos oído y visto los debates de la constituyente de 1978 y 1979 y el congreso del segundo gobierno de Belaúnde de 1980 a 1985, al compararlo con los debates de hoy, reafirmamos este término, de vergüenza. En esos congresos si había debate político sobre ideas y posiciones ideológicas. Ahora solo se ven intereses personales y pseudo ideológicos, porque no es difícil ver este tipo de fondo

Si hablamos de interéses personales, es porque en el congreso hoy hay personas seriamente cuestionadas, elegidas por nosotros, donde inclusive existen procesos abiertos a la fecha contra ellasTambién dentro del congreso se han abierto procesos por conductas que lindan con el delito, una de ellas violación.

Aquí quisiéramos solicitar, como ejercicio, amable lector, con los dedos de la mano nombre 10 congresistas que reúnan estas tres condiciones: Primero probos (moralmente éticos). Segundo sin procesos ni antecedentes penales. Y por último, con capacidad. Ah, adicionamos una más, ideológicamente comprometidos, no con sus propias ideas de la política.

Lo triste es que, nosotros con conciencia o sin conciencia, los hemos puesto ahí por nuestro voto. Estamos en ese momento, en el que los congresistas no están interesados en propiciar las elecciones, en el corto plazo. Porque es evidente que al haber intereses personales no van a dejar su representación en el Congreso, por eso, a nuestro parecer, no se aprueba el adelanto de elecciones.

Si la falta de ética, moral y de capacidad son evidentes ¿Ustedes creen que quieran dejar el congreso?. Donde es evidente ver que de las listas oficialistas literalmente se han sacado la lotería con esta elección impensada, repetimos, ¿Creen que quieran dejar el congreso?. No pues.

Pero ellos son culpables de haber llegado ahí, no, definitivamente no. Porque nosotros los hemos puesto ahí con nuestro voto.

Nosotros estamos de acuerdo con las protestas, porque son mecanismos válidos para que la ciudadanía exprese su malestar. Ya que no existen los mecanismos directos en que la ciudadana directamente expresaba su malestar a los servidores públicos, como por ejemplo, en foros tipo cabildo. Que era un medio directo de diálogo entre los ciudadanos y sus representantes públicos.

Pero esta muchedumbre, convertida en turba, pierde su identidad. Cuando personas como los congresistas, que piensan en sus propios intereses, manipulan o dejan a la gente protestar y perder la vida en las mismas, mientras ellos permanecen en sus curules. Y mientras los ciudadanos no pueden o no quieren darse cuenta de esta manipulación, se seguirán quedando.

El panorama entonces es negro, porque no tenemos líderes viables que puedan guiarnos responsablemente a protestar contra esta situación. Ya que políticamente hablando, lo que tenemos son caudillos con movimientos políticos, porque no son partidos. En donde estos caudillos conducen al ciudadano bajo sus propios intereses, manipulándolos haciéndoles creer que están velando por su bien.

Si esto fuera así, hace rato el Perú sería otro.

Otra cosa que no podemos darnos cuenta, es que el Perú sigue creciendo económicamente, pero ¿Por qué?. Porque es el impulso de los propios peruanoses lo que logra ese crecimiento. Si pudiéramos tener conciencia de llevar este esfuerzo de lo económico al campo político,buscaríamos líderes que nos representen, impulsando lo político también.

A la derecha cavernaria y a la izquierda caviar y a la más recalcitrante, no le conviene que el ciudadano piense, por eso no les interesa la educación, porque eso despertaría la conciencia ciudadana y no elegiríamos personas como los actuales congresistas de dudosa reputación.

Aquí hay que hacer un necesario paréntesis, los sindicatos de educación en el Perú, todos “casi” de izquierda, ejemplo SUTEP, metidos en todo los niveles, de escolar a superior, preguntamos ¿Han hecho algo en los más de 50 años para cambiar la situación de la educación en el Perú?. Otra vez es un rotundo y contundente, no. Y otra vez no lo podemos ver o no lo queremos aceptar.

Ni hablar de la derecha, por eso la diferencia abismal entre la educación privada y pública. Y sobre todo el que no llegue a la gran mayoría de la población en estado de pobreza.

Entonces, la gente que está en el congreso, en este momento, no hablemos del pasado, evidentemente NO LE INTERESA EL CIUDADANO QUE LO ELIGIÓ, PORQUE SINO YA HABRÍAN VOTADO POR LA FECHA DE LAS NUEVAS ELECCIONES.

Vamos hacer mucho más pesimistas y oscuros, si en dos meses no hay fecha para las elecciones, el ejecutivo está en la potestad de llamar a elecciones ¿Cierto?. Entonces todos los que protestaron contra la actual presidenta, nos preguntamos, cómo reaccionarían si ella llama a elecciones. Sorprendente ¿No?

Ojo, que esto puede suceder en un corto plazo.

Más oscuro todavía, si hay elecciones, somos capaces de elegir nuevamente una plancha como la de Castillo y una lista de congresistas como la de ahora. Ni hablar con los vientos fujimoristas e intereses personales que han empujado a este escenario. Entonces, no sería nada raro que las circunstancias nos empujen en un futuro a la misma situación de hoy o peor. Dimensión ya no desconocida. Pero con un probable final de túnel del tiempo con un cierre de la democracia en nuestro país, democracia que hoy tanto nos cuesta mantenerla, esto otra vez sin darnos cuenta de ese hecho.