La representación parlamentaria
Por: Carlos Meneses

“La semana de representación debe ser un sistema de acercamiento entre gobernantes y gobernados y una oportunidad para que el ciudadano se exprese en Lima a través de sus congresistas”.

A propósito de hechos y acontecimientos políticos de los últimos días, merece referirse a la semana de la representación. Cada 4 semanas los parlamentarios tienen que dirigirse a las regiones donde fueron elegidos para ocuparse de problemas propios de su lugar de origen, solo en caso de requerirlo o por invitación de terceros pueden ir a otros sitios del país donde se les requiera para dar aportes a un desarrollo que sea macro regional o del país entero.

En Arequipa la situación de la semana de representación ha resultado poco atractiva para los ciudadanos en general y definitivamente mala para quienes no tienen popularidad o si la tuvieron en el pasado, la han perdido. Así se explican los desencuentros que se han producido en los últimos días con agresiones verbales primero y después altercados y violencias entre ciudadanos y representantes.

La violencia es un recurso que no debe usarse en ningún caso, pero es peor cuando tiene un carácter que implica el desconocimiento de toda norma e incluso de respeto a la ley y al orden establecido. Por eso es deplorable que un parlamentario, por un lado y un ciudadano se enfrenten a puñetazos en las calles del centro de Arequipa y que nadie sea detenido por hacerlo, mucho menos se le imponga sanción por lo que es violación de toda norma de respeto entre humanos.

Conviene ahora que, pasada esta situación lamentable, los parlamentarios también hagan una evaluación de su actitud para bien merecer la consideración ciudadana y para que sean buenos instrumentos para recoger opiniones de la gente, hacerla de conocimiento del gobierno central y de quienes deciden qué se hace en cada lugar para reducir los reclamos.

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