De crisis bancarias y rescates financieros

Por: Pablo Boza.

Las crisis bancarias y los rescates financieros no son infrecuentes en los Estados Unidos, país que tiene una red compleja de miles de bancos, tanto grandes como pequeños, que son regulados por agencias federales como la Reserva Federal y la FDIC.

Un ejemplo reciente es Silicon Valley Bank (SVB), un banco regional estrechamente vinculado con la industria tecnológica que colapsó el 10 de marzo debido a una repentina corrida de depósitos, que se vio exacerbada por la rápida difusión de información en las redes sociales. Esto desencadenó un efecto dominó y, el mismo día, Signature Bank, otro banco muy expuesto a la industria de las criptomonedas, se convirtió en la tercera quiebra bancaria más grande en la historia de Estados Unidos.

La especulación y la falta de compradores durante los días posteriores a la quiebra agudizaron el pánico de contagio hacia otros bancos regionales. En tanto, los reguladores anunciaron que tomarían el control de SVB y Signature para proteger a sus depositantes y la estabilidad del sistema financiero estadounidense.

Los problemas en el sistema financiero no solo se están sintiendo en Estados Unidos, sino que también en Europa, el Banco Credit Suisse también tomaría prestados hasta 54 000 millones de dólares del Banco Central suizo para reforzar su liquidez, después de una caída en el valor de sus acciones y bonos. La empresa administra 570 000 millones de dólares de activos, pero cuenta solamente con 45 000 millones de patrimonio.

La crisis en el sistema financiero americano se da en un entorno de política monetaria contractiva y de altos niveles de inflación (actualmente en 6%), los que han llevado a la FED a subir agresivamente las tasas de interés. Los bancos, que naturalmente están expuestos al riesgo de duración, ya que tienen un descalce en sus balances debido a que suelen tomar depósitos de corto plazo y otorgar créditos o hacer inversiones en el largo plazo, empiezan a registrar pérdidas en la medida en que tienen que vender activos para cubrir los retiros que puedan estar teniendo los bancos. Para contrarrestar este problema, la FED ha abierto su ventanilla de créditos a mayores plazos para todos los bancos, aceptando colaterales a valores de 100, a pesar de que sus precios se encuentran mucho más bajos. El departamento del Tesoro también proveyó de 25 billones de dólares como respaldo para cualquier pérdida potencial del programa de financiación.

La FED, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, y el mismo presidente Joe Biden han realizado esfuerzos para aclarar que no se trata de un rescate financiero, generando polémica y controversias por parte de expertos no solo por la medida en sí, sino también por si esta constituye o no dicho acto. En este caso, a pesar de que no se requerirían nuevos fondos de los contribuyentes americanos para cubrir a los depositantes, se estarían utilizando fondos de una reserva que no contemplaba depósitos de esta envergadura, y cuyos beneficiarios directos serían empresarios con altos niveles de riqueza, quienes estarían siendo ahora asegurados. Además, la expansión de la cobertura implicaría un traslado futuro de costos a los clientes bancarios y el rescate implica una fuerte reducción en los fondos de reserva para afrontar cualquier otro colapso de una institución bancaria americana.

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