Día Internacional de la Libertad de Prensa

Por Luis M. Iglesias – El Montonero

El 3 de mayo se cumplieron 30 años desde que la ONU proclamara el Día Internacional de la Libertad de Prensa, en 1993. Una fecha que busca recordarnos que el mantenimiento y fortalecimiento de una prensa independiente, pluralista y libre es indispensable para la consolidación de la democracia y el desarrollo social y económico. Y que demuestra la importancia clave de la libertad de expresión como eje para el ejercicio de nuestros derechos básicos y fundamentales.

Este año, el lema propuesto por la UNESCO es “Todo va bien”, que nos hace tomar conciencia de que una prensa libre tiene el deber de mostrarnos las diversas aristas de nuestra realidad, tanto lo blanco como lo negro. Por eso hace hincapié en que si en la prensa “todo va bien”, entonces algo va mal con ella. Sin embargo, lo mismo puede decirse de lo contrario, dado que cuando para los medios todo va mal, también puede haber intereses oscuros que buscan invisibilizar los logros de una gestión.

He ahí la importancia del compromiso que deberían tener nuestras autoridades para contribuir al fortalecimiento de una prensa independiente. Sin embargo, la posible aprobación por parte del Congreso de la República de un proyecto de ley que agrava la pena por el delito de difamación podría constituir un retroceso en el ejercicio de la libertad de prensa. Si bien como sociedad anhelamos que las plataformas informativas inoficiosas e informales no especulen sobre la dignidad de las personas y sobre ellas recaiga en justicia el peso de la ley, lo cierto es que normas de tal naturaleza solo limitan e impiden un ejercicio cabal de la libertad de informar, denunciar e investigar. Y más aún en un contexto como el nuestro, que precisa de voces valientes para visibilizar aquellos problemas que aún no superamos como país.

En tal sentido, nos corresponde como ciudadanos evaluar si nuestra prensa es libre, plural e independiente, y defenderla de cualquier ataque o interés que busque controlarla o manipularla a su antojo. Como en cualquier otro país democrático, nuestra prensa ha tenido y tiene sus sinsabores; pero también ha mostrado dignidad, entereza e integridad en muchas situaciones difíciles, gracias a periodistas que han dado todo, incluso la vida, para defender nuestra libertad de información. 

Por ello, a propósito de este recordatorio es oportuno rendir homenaje a hombres de prensa como Hugo Bustíos Saavedra y Luis Miranda Rodriguez, quienes entregaron su vida en pleno ejercicio de su labor profesional. Queda claro que hechos de esa naturaleza no deben ocurrir nunca más; como también queda claro que sin la prensa no se hubiesen descubierto grandes actos de corrupción que hoy en día marcan la agenda.

Nuestro país necesita de una prensa libre, que proteja sus fuentes y sus periodistas, no sólo porque es lo que corresponde a una democracia, sino porque nuestro tejido social (público y privado) necesita corregirse, sacudirse de los malos, de los corruptos. También porque una prensa libre y profesional forja opinión y contribuye a formar una sociedad libre y honrada; y porque no hay nada que un corrupto tema más que ser descubierto y expuesto por la prensa. Esa prensa que le pregunta ¿todo va bien?.

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