Salud mental e interculturalidad en la Amazonía

Por: Milton J. Rojas V.

El escenario exige el desarrollo del enfoque Intercultural, que promueve el reconocimiento, el respeto a la identidad y a la diversidad cultural, buscando las relaciones positivas y equitativas entre grupos culturales diversos, y, a la vez, impulsa el análisis y actitud crítica de la realidad, con el fin de reducir la inequidad y desigualdad en su entorno.

Respecto a la salud mental, las acciones del proyecto de Cedro Alianza por la Amazonía en cinco regiones de la selva confirmaron que muchos habitantes desconocen el concepto de salud mental y el trabajo del psicólogo. La mayoría tiene una visión integradora de la salud que comprende lo físico y mental, con una estrecha relación de la salud con la vida espiritual.

Observamos que el pensamiento está sobre la enfermedad, reflejo y expresión del estado de las relaciones entre las vivencias de la persona, su familia, su comunidad, sus creencias y deidades. La violación a las normas o los códigos espirituales, familiares o comunitarios se asume que son castigados por enfermedades de origen sociocultural, como “daño”, “susto”, “trauma”, entre otros síndromes folclóricos.

La salud mental desde la perspectiva intercultural implica que el equipo de salud sea capaz de leer, interpretar y respetar los problemas de las personas en el marco de sus valores, estilos de vida, creencias, cosmovisión y condiciones sociales. Es fundamental tomar en cuenta el lenguaje del malestar, el análisis de la queja, los recursos locales y la historia de discriminación de las comunidades indígenas. No hay que perder de vista que cuentan con un marco de conocimiento y sistema de salud propios.

Una forma de integración puede ser a través de la práctica del uso de las plantas medicinales y la sanación del alma que lo pueden llevar a cabo los trabajadores del sector Salud y los sabios o ancianos consejeros. Es de vital importancia reavivar y fortalecer el uso de las plantas medicinales en los jóvenes, las familias, la comunidad, pero también en los establecimientos de salud, así como la promoción de los jardines botánicos y la participación activa de los maestros, herbolarios y sabios con pertinencia cultural.

Finalmente, la investigación y las actividades del proyecto determinaron que los problemas de salud mental más apremiantes son el bajo rendimiento y la deserción escolar, violencia hacia la mujer, a los menores y a la familia, el embarazo adolescente, abuso de alcohol, depresión, ansiedad, y problemas de acceso a servicios básicos de salud y de educación.

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