Prevención: el reto pendiente de la salud pública

Dr. Tomy Villanueva

ES LA MEJOR ESTRATEGIA

Luego del desafío que representó para nuestro sistema de salud la pandemia de la Covid-19, ahora nos enfrentamos a brotes de infecciones respiratorias agudas (IRAS) y el dengue, que significan también un reto para la salud pública, ya que ejercen una gran presión sobre los centros hospitalarios e impactan enormemente, sobre todo las IRAS, en la calidad de vida de una de las poblaciones más vulnerables; los niños, en especial los menores de 5 años.

Si bien la propagación del dengue en diversas regiones del país viene ocurriendo en niveles preocupantes, siguen siendo neurálgicos los altos índices de propagación de las IRAS en niños menores de 5 años.

Según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (Minsa), hasta la semana epidemiológica 22, que comprende del 28 de mayo al 3 de junio, los casos de dengue en general notificados en todo el país totalizaron 130 mil 826, mientras que el número de IRAS en menores de 5 años sumaron 869 mil 304 casos.

En vista de que la capacidad de respuesta y los recursos disponibles de nuestro sistema sanitario frente al incremento de estos casos no son ilimitados, el reto pendiente sigue siendo la prevención, especialmente de IRAS, mediante la educación sanitaria a los padres y cuidadores de niños para que mantengan saludables a sus hijos.

En este escenario resulta pertinente la publicación, por parte del Minsa, del documento técnico Plan de contingencia del Ministerio de Salud frente a la temporada de bajas temperaturas, 2023, que tiene como finalidades fortalecer las capacidades del personal de salud a nivel nacional y regional; la preparación para la atención de los daños en las zonas de riesgo; y la atención a daños en la salud debido a heladas (sierra), friaje (selva) y descenso de temperaturas (costa) en el país.

Aunque los desencadenantes de las enfermedades respiratorias pueden ser los cambios climáticos (y el agente epidemiológico generalmente un virus), los factores condicionantes de estos cuadros incluyen desnutrición crónica, anemia, bajo peso al nacer, bajos niveles de inmunización, condiciones de hacinamiento en el hogar y altos niveles de contaminación, entre otros elementos de fragilidad para menores de 5 años.

Por su fácil transmisión, el “arma” más eficaz para combatirlas es la prevención mediante una buena alimentación, vacunación completa, constante higiene de manos, habitaciones ventiladas, así como evitando el contacto con personas con síntomas de infecciones respiratorias, etcétera.

La prevención también incluye saber reconocer los signos de alarma y el momento en que un menor necesita atención de emergencia en un nosocomio, pues gran parte de estos casos podría resolverse en el primer nivel de atención, postas médicas y centros de salud.

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