El sector privado ante las emergencias
Por Antero Flores-Araoz – El Montonero

DEBE ACTUAR Y NO ESPERAR

Es ciertísimo que, ante diversas situaciones de emergencia, el Sector Público no ha dado la talla y lejos de resolver problemas los ha agravado, puesto que por un lado no intervino a tiempo, por otro sus intervenciones fueron flojas y hasta diríamos ineficientes y, lo que es peor, muchas veces con visos de corrupción cuando no probadamente corrupta.

En efecto, recordando las últimas emergencias tenemos la sanitaria por el Covid-19, en que el Gobierno de Martin Vizcarra fue un desastre, se compraron pruebas inservibles, vacunas poco efectivas y se dejó de lado el primer nivel de la salud, que concluida la pandemia está sobrecargado.

Hace pocos años tuvimos el Fenómeno de El Niño y durante el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski se creó la “Autoridad para la Reconstrucción con Cambios” para efectuar la reconstrucción de lo dañado y las medidas de prevención que evitasen ante fenómenos similares, que se volviesen a producir los inmensos daños de antes. Rimbombante nombre, pero sin contenido real, ni se terminó la reconstrucción ni las obras de prevención previnieron nada, pues como consecuencia del reciente tifón Yaku se pudo constatar que la descolmatación de los ríos del norte no fue eficaz, las medidas de prevención ante intensidad de lluvias e inundaciones solo pudieron confirmar que la Autoridad para la Reconstrucción fue sin cambios, pues la ineficiencia fue la misma y las sospechas de corrupción aún no están levantadas.

Como si todo lo anterior no fuese suficiente, hemos tenido una seria crisis política con desmanes y vandalismo en que el sector gubernamental se ha dejado avasallar en lugar de intervenir con los mecanismos y armas reales y jurídicas que la normatividad legal ha entregado a las fuerzas del orden. Adicionalmente hemos tenido la llamada gripe aviar, que ha perjudicado gravemente a las granjas reproductoras de aves, con la elevación de precios a un alimento de tanto consumo popular.

Como colofón estamos soportando la epidemia del dengue, en que la anterior ministra de salud no ató ni desató y las consecuencias negativas están a la vista y paciencia de todos.

Bueno pues, hay el anunció de un nuevo Fenómeno de El Niño, pero esta vez con la connotación de global, para lo cual ha comenzado a moverse el paquidérmico sector público, paquidérmico por su tamaño, pero peor que tortuga para su desplazamiento.  Todos exigen al Sector Público que haga lo que le corresponde y que siquiera esta vez se pueda coordinar positivamente entre los gobiernos nacional, regionales y locales.

Sin embargo, estamos olvidando al sector privado, que también puede hacer lo suyo y colaborar en obras de prevención, para lo cual debería aprobarse un procedimiento ligero para ejecución de obras por impuestos, pues es sabido que el sector privado es más eficiente que el público. También deberíamos facilitar el tratamiento tributario de los gastos de los contribuyentes para las obras de prevención y las de recuperación de lo dañado, haciendo además grupos de apoyo municipal, desde los vecindarios, para enfrentar las calamidades que están anunciadas.

El sector privado tiene que actuar y no esperar que el Estado lo haga todo, pues como repetimos o no lo hace, o lo hace mal o si lo hace resulta muchísimo más caro y ya sabemos el motivo.

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