Reconocimiento a las buenas prácticas públicas
Por: Luis Luján Cárdenas

Todo sueño de un servidor público es ganar el Premio Nacional a las Buenas Prácticas en Gestión Pública, que organiza anualmente desde hace 18 años Ciudadanos al Día (CAD). No solo se reconoce y premia el esfuerzo, innovación y profesionalismo en el Estado, sino que también pone en valor proyectos silenciosos, ignorados y no merituados que mejoran la calidad de vida.

En el 2015, tuve la oportunidad de ser partícipe del premio otorgado a la Policía Nacional del Perú por el meritorio Piloto de Seguridad Ciudadana en el cerro El Pino (La Victoria, Lima), que redujo la delincuencia y el crimen en 90%, y posibilitó mayor bienestar social a sus habitantes, con la estrategia de la Policía Comunitaria que podría ser rescatada ante el alarmante incremento de la delincuencia. Cuatro años después, volvimos a ganar, siempre con la PNP, el prestigioso premio gracias al programa “Yo también soy peruano”, ambos liderados por el coronel PNP José Díaz Guevara, ahora en retiro, cuya experiencia innovadora, voluntad de servicio y transparencia, debe ser aprovechada.

CAD tiene el invalorable mérito de relievar estos esfuerzos, conocimiento y práctica que se producen aisladamente en el Estado, pugnando por un servicio público de calidad, eficiente, técnico, participativo, descentralizado e inclusivo. Ha logrado 18 ediciones del premio, acumulando un banco de proyectos de 3659 buenas prácticas de más de 1000 distintas entidades públicas y privadas, que bien podrían ser aplicadas urgentemente para transformar el país. He sido testigo presencial de importantes pilotos, especialmente con la cooperación internacional, que han terminado en el olvido pese a sus buenos resultados. Hay que hacer gestión del conocimiento y del expertise, y no romper la cadena hacia el desarrollo.

El premio del CAD acoge una importante inscripción: la Autoridad Nacional del Agua (ANA), en alianza estratégica con la cooperación alemana GIZ y el Grupo privado GEA ha implementado por primera vez en el país el Piloto Huella Hídrica en los Colegios, que ha hecho posible que los I.E. Ingeniería y Nuestra Señora de Cocharcas (Huancayo) y el colegio Alexander Von Humboldt (Lima) midan su volumen de agua (también energía y uso de papel) consumido, utilizando una innovadora herramienta digital denominada Calculadora de Huella Hídrica Especial, creada por técnicos peruanos, a propósito del piloto.

Ahorrarán 15% del agua utilizada. Si se aplicara este programa a escala nacional, este enorme ahorro permitiría abastecer de agua a más de 1 millón de alumnos, posibilitando seguridad hídrica, mejor salud y educación de los estudiantes, fortaleciendo la conciencia ambiental y cultural del agua. Pero aún más, los tres colegios están aptos para postular al Certificado Azul de la ANA por el uso responsable del agua. Serían los primeros. Y como siempre, empujando ahora este coche tan importante en la gestión integrada y sostenida del agua.

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