Por Orlando Cáceres V.

Pese a los recientes feminicidios ocurridos en Arequipa, la directora de la ONG U-manos, Fiorella Matos Angulo, señaló que los municipios no tienen planes adecuados contra la violencia familiar. Asimismo, reiteró que la cifra de asesinatos podría controlarse siempre y cuando existan políticas públicas sobre salud mental.

El pasado miércoles 19 de julio se reportó el décimo segundo feminicidio -según la Policía Nacional- en el 2023; y el tercero en el mes de julio. Por tal motivo, Matos Angulo indicó que las autoridades de Arequipa deberían poner más atención ante las alarmantes cifras que se observaron en las últimas dos semanas.

La especialista señaló que los alcaldes, en su gran mayoría, no invierten en la prevención de este tipo de actos. A lo que, reiteró que estas acciones ayudarían a reducir este tipo de casos. 

“A nivel general, desde el 2020, ya los psicólogos y psiquiatras informaron que el problema de salud mental en el Perú iba a incrementarse y la primera muestra de esto iba a ser justamente la violencia familiar”, lamentó Fiorella Matos.

MEDIDAS INSERVIBLES

Cabe señalar que, Matos Angulo también destacó que algunas de las mujeres asesinadas tenían medidas de protección para evitar convivir con sus agresores. No obstante, la especialista destacó que estas no se cumplían del todo.

“Hablamos de medidas que sólo son figurativas (…) Dejan desprotegidos a todo un núcleo familiar”, expresó.