CUSTODIOS DE LA CREACIÓN?
Por: Javier Del Río Alba – Arzobispo de Arequipa
Este 1 de septiembre celebraremos la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, instituida por el Papa Francisco en el año 2015 para que recemos por esa intención, reflexionemos sobre la importancia de custodiar la que el mismo Papa llama nuestra «casa común» y tomemos medidas concretas para que nuestro mundo sea más humano y habitable. Con esa finalidad, en su mensaje para la jornada de este año, Francisco nos invita a crecer como personas y para ello, nos dice, «necesitamos acompasar los ritmos de la vida con los de la creación que nos da la vida», porque hoy «no están en armonía» sino que, al buscar un crecimiento desenfrenado de la economía, estamos queriendo imprimir a la naturaleza unos ritmos demasiado acelerados que no van conforme a su realidad, le impiden a ella misma regenerarse y, en consecuencia, ponen en grave riesgo el presente y el futuro de la humanidad. En efecto, la explotación cada vez más agresiva de los recursos naturales y el uso desorbitado de combustibles fósiles están causando el calentamiento global, lluvias e inundaciones y, aunque parezca paradójico, también la escasez de agua, por sólo mencionar algo de lo que ya estamos sufriendo también en el Perú.
Como dijo el Papa Benedicto XVI al inicio de su pontificado: «Los desiertos exteriores se multiplican en el mundo, porque se han extendido los desiertos interiores» (Homilía, 24.IV.2005). Esto significa que la crisis ecológica está íntimamente ligada a aquella antropológica, es decir al modo en que los seres humanos nos estamos autocomprendiendo y al sentido que le damos a nuestra vida en este mundo. Por eso, en el mensaje que estamos comentando, el Papa Francisco nos dice que para salir de esta crisis ecológica debemos comenzar por transformar nuestros corazones a través de un proceso de «conversión ecológica» como la llamó san Juan Pablo II (Audiencia general, 17.I.2001). En esa ocasión, el Papa polaco nos decía que el diseño de Dios para el hombre es «la armonía con su semejante, con la creación y con Dios», pero que ese diseño ha sido roto por el pecado.
En esa línea, Francisco nos dice ahora que «un enfoque integral requiere poner en práctica el respeto ecológico en cuatro direcciones: hacia Dios, hacia nuestros semejantes de hoy y de mañana, hacia toda la naturaleza y hacia nosotros mismos». Es preciso renovar nuestra consciencia de que si bien Dios nos ha dado el señorío sobre toda la creación, también nosotros somos criaturas suyas y estamos llamados a ejercerlo en comunión con Él, entre nosotros y con todo lo que Él ha creado. El consumo voraz de los bienes de la creación va contra el diseño de Dios y termina dañando no sólo a la naturaleza y a las próximas generaciones sino a nosotros mismos. Por ello, el Papa Francisco nos exhorta también a transformar nuestros estilos de vida por otros más sobrios, evitando consumos innecesarios y reciclando los deshechos o eliminándolos de modo adecuado. A lo que podemos añadir lo dicho por san Juan Pablo II en su citada audiencia general: «tratando de que los bienes de la tierra estén disponibles para todos y no sólo para algunos privilegiados».