Por: César Amaro Suárez – Investigador principal de Videnza Consultores

VIDENZA INFORMA

¿Es posible que la inestabilidad política que hoy sufre nuestro país impacte en la salud de los ciudadanos arequipeños? ¿La alta rotación en los cargos directivos en el poder ejecutivo puede afectar a una entidad pública? Todos somos testigos de los constantes cambios de ministros en nuestro país, aspecto ahora acentuado en el gobierno instalado desde julio 2021. Esta situación trae como consecuencia, en un país con débil institucionalidad, la remoción constante de funcionarios y equipos técnicos a cargo de brindar servicios a los peruanos.

Un caso importante ocurre en la función salud, delegada a los Gobiernos Regionales desde el año 2004, que a la luz del tiempo transcurrido aparece como un proceso defectuoso, pues se transfirieron responsabilidades con recursos atados a gasto corriente y a un modelo de gestión funcional que perpetúa la fragmentación existente, impidiendo el desarrollo de una cadena de valor para que los servidores públicos cumplan su misión.

Sin embargo, también se mantienen procesos centralizados como la adquisición de recursos estratégicos (medicamentos y dispositivos médicos) empleados en salud pública a cargo del CENTRO NACIONAL DE ABASTECIMIENTOS DE RECURSOS ESTRATEGICOS DE SALUD (CENARES) del Ministerio de Salud, aplicando un razonable argumento de lograr economía de escala. Pero, ello requiere que esta entidad, como se espera lo sea cualquier otra del Estado, sea diligente en cumplir con este encargo.

La noticia es que la ejecución presupuestal de CENARES, según la consulta amigable del Ministerio de Economía y Finanzas disponible en línea, es de 53.3% al 10 setiembre de 2023. Y de manera específica en el caso de los recursos destinados al Programa Presupuestal PREVENCION Y CONTROL DEL CANCER solo se llega a 38.1% (alcanza a 23% en los productos farmacéuticos, partida con mayor presupuesto). A su vez, en el Programa Presupuestal CONTROL Y PREVENCION EN SALUD MENTAL apenas logra el 16.8% (presupuesto destinado íntegramente a productos farmacéuticos). Como es previsible, este magro desempeño tiene efectos en la provisión de los servicios de salud públicos.

¿Cuál es la causa de esta situación que afecta en el acceso a medicamentos de los pacientes afectados por estas enfermedades? Una de alto impacto es el reemplazo constante de directores generales de CENARES: 5 en este año y 4 ocurridos con el actual ministro de salud. Es imposible que una organización pueda ser dirigida para lograr resultados si se sustituye a su responsable cada 1.8 meses.

¿Cuáles son las salidas para mitigar este riesgo y mejorar la labor de este tipo de entidades? El sentido común aconseja mantener una gestión en el tiempo a cargo de equipos competentes. Pero, otro aspecto clave es que los Gobiernos Regionales ejerzan una mayor vigilancia al cumplimiento de las funciones del Gobierno Nacional, pues al final su desenvolvimiento afecta a sus conciudadanos, como en este caso, impidiendo el acceso a las terapias de las personas afectadas de una neoplasia o con algún problema de salud mental.

Y para evitar este tipo de situaciones es importante construir institucionalidad en el sector público, aspecto en el que la autoridad nacional del servicio civil Servir tiene mucho por hacer.