Por: Carlos Meneses

Lo ideal es que la buena voluntad expresada en la ocasión citada se pueda alcanzar como meta ahora y mejor aún si la mayor traba de no tener recursos para contratar apoyo sea asumida por el sector privado para cumplir lo más elemental como resulta ser brindar atención en los centros básicos para la gente de todas las edades tenga o no un seguro concertado con el Estado.

La compañía minera Southern Perú alcanzó a firmar un convenio con el gobierno regional de Arequipa para financiar el trabajo de los centros de salud primarios de la provincia de Islay, las 24 horas de todos los días, pero el gobierno regional que sucedió a la entonces gobernadora Yamila Osorio Delgado, Elmer Cáceres Llica por diferencias ideológicas con los mineros no validó nunca el documento inicial.

Uno de los que pagaron caro, incluso con su vida, esa decisión fue el parlamentario, Hernando Guerra García al encontrar cerrado el centro de salud de Punta de Bombón cuando llegó en grave estado cerca de medianoche.

Ahora en Lima, el Ministerio de Salud está buscando fórmulas de financiar que ese proyecto funcione a nivel nacional, pero en Arequipa podría reactualizarse el compromiso que sobre el particular se firmó con el financiamiento de Southern.

De ser así sería un ejemplo nacional que bien podría intentarse repetir en otros lugares de la República y probablemente con similar apoyo del sector minero. En todo caso lo ideal es que todo aquel que llegue a una posta médica con una dolencia, esta pueda ser superada y se le brinde protección en salud a los arequipeños de todas las edades que enfermos acudan a una posta para invocar atención.

Tampoco se entiende que tal hecho haya ocurrido sin conocimiento ciudadano, pues todos hubieran expresado el deseo de que los afanes de dar atención en dependencias estatales en materia de salud estuvieran hábiles las 24 horas y no como ahora sólo 12.

Se puede aprovechar la coyuntura para abrir lo que no se terminó de cerrar en su momento, para que Islay sea un ejemplo de atención en materia de salud a nivel nacional y lo que es más importante es que los beneficiados no serían sólo los médicos que se contrate, sino los pacientes que ahora tienen que resignarse a no ser atendidos, aunque su vida esté corriendo peligro.