CAMPAÑA Y BOICOT CONTRA LA CONSTITUCIÓN DEL 79
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
A fines del año 2000, llegó a su fin el régimen totalitario neoliberal y cayó el autócrata Alberto Fujimori. Asumió la Presidencia transitoria el constitucionalista Valentín Paniagua. Preguntamos ¿por qué no restableció la Constitución de 1979?
Boicot a la Constitución del 79. En el libro ¿Cuándo se jodió el Congreso? Conversaciones para entender el declive del sistema parlamentario peruano (Primera edición: julio 2023, Editorial Planeta), del periodista Martín Hidalgo; el exparlamentario Víctor Andrés García Belaúnde (Vitocho) de Acción Popular, dice: “Cuando llega Valentín Paniagua al poder, Fernando Belaúnde le pide que, de acuerdo al artículo 307 de la Constitución del año 79, regrese a ella y deje la Constitución de Fujimori fuera. Y Paniagua no pudo hacerlo. Quiso hacerlo, pero le faltó apoyo para hacerlo. Se encontró con ciertos sectores que podían oponerse y boicotear ese retorno. Y ahí quedó”. (pág. 47).
Nos revela que, Paniagua no pudo restablecer la Constitución del 79, porque “Se encontró con ciertos sectores que podían oponerse y boicotear ese retorno. Y ahí quedó”. ¿Cuáles son los sectores que podían boicotear el retorno a la Carta Magna del 79? Alguien dirá, la derecha, Confiep, SNI, SNMPE y otros gremios empresariales.
Campaña contra la reforma política. El destacado excongresista aprista Mauricio Mülder, con la claridad que lo caracteriza, declaró: Hay un intento multipartidario en el año 2002 y se hace toda una revisión; incluso se votan varios artículos” (pág. 76), se refiere al Anteproyecto de Ley de reforma Constitucional del 2002, impulsada por Henry Pease, empezaron a debatirla y aprobaron varios artículos. Continúa Mülder: “Pero allí lo que ocurrió era que sectores como la prensa, sustantivamente Expreso -que, en esa época, tenía cierto peso- hicieron una campaña muy fuerte contra la reforma política que se estaba haciendo y la mayoría de congresistas que entraron en Perú Posible y que, al comienzo, estaban a favor de la revisión se tiraron para atrás, no movieron más el tema, y eso se quedó trunco”, agrega: “la prensa empezó a decir que la Constitución del 92 (1993) era correcta” (pág. 76).
Se aprobaron varios artículos. En el libro citado, los expadres de la patria García Belaúnde y Mülder, señalan, se “aprobaron algunos artículos” (pág. 47) “se votan varios artículos” (pág. 76), respectivamente, se refieren al proyecto de Ley de reforma de la Constitución. Es decir, el Congreso de la República, en mayo de 2002, empezó a debatir, dicho proyecto, de haberse aprobado, hoy no tendríamos la Constitución del 93, sino, una Carta Magna reformada, en base al constitucionalismo histórico y a la Constitución de 1979. Y nadie estaría planteando nueva Constitución.
Toledo y la Constitución. En el Mensaje a la Nación del 28 de julio de 2004, “sobre la institucionalidad democrática”, propuso, “Rescatar la viabilidad de la reforma constitucional”, expuso: “El gobierno valora el enorme esfuerzo llevado a cabo por el Parlamento desde 2001 para abordar la necesaria reforma de nuestra Constitución Política. Pero también reconoce su rol como un gobierno de transición y consolidación democrática. Por esta razón, solicito formalmente al Acuerdo Nacional, que se reunirá en la primera quincena de agosto, a que en un plazo de 90 días adopte una decisión concertada para darle un curso definitivo a la reforma constitucional. A juicio del gobierno las alternativas son, indistintamente: Reforma de la Constitución en las dos próximas legislaturas, abordando los temas: sistema de gobierno, bicameralidad, renovación por tercios y obligatoriedad del voto, entre otros. Entregar funciones constituyentes por espacio de 6 meses al próximo Parlamento que se iniciará en el 2006. Convocatoria a una Asamblea Constituyente, elegida por voto popular, universal y secreto. En cualquiera de los casos, el gobierno no propiciará una decisión que no reúna el mayor consenso posible. Ello no implica, claro está, que este soberano Congreso, en uso de sus atribuciones, pueda adoptar otras alternativas”.
Alejandro Toledo, dejó, la reforma constitucional, al Foro del Acuerdo Nacional. Y, el Congreso, no continuó con su debate.