Por Orlando Cáceres V. Fotos Jorge Esquivel Z.

Jesús Conejero, Estíbaliz Aspiazu y Darío Conejero son una familia de acróbatas que busca dar un gran espectáculo en el circo La Tarumba, donde han notado un gran aprecio por el público arequipeño.

ASEGURAN QUE PÚBLICO AREQUIPEÑO ES «ESPECIAL»

Jesús Conejero, Estíbaliz Aspiazu y su hijo Darío son una familia de gimnastas talentosos que labora actualmente en La Tarumba. En este circo, los artistas buscan brindar el mensaje de la unidad y la familia a través de su acto donde se aprecia una gran habilidad; buscando tener una armonía entre ellos que no tienen con otras personas.

“Somos como las patas de un trípode. Si las tres están bien montadas, aunque una esté más delicada, el trípode siempre va a aguantar”, señaló Conejero sobre la unión familiar que mantienen con su esposa e hijo.

Jesús y Estíbaliz empezaron a desarrollarse en estas artes en la Universidad de Granada (España), cuando estudiaban gimnasia para volverse entrenadores en esa disciplina, pero la pareja sentía que no tenía tiempo de calidad por su trabajo de educadores; por lo que empezaron a actuar.

En la disciplina que dominan, los dos tienen una preparación de doce años que no se detiene por el empeño y cariño que ponen en estos movimientos. Sin embargo, su presencia en los circos se dio desde hace un par de años, según Estíbaliz, por el gusto de presentarse.

Con el acto que tienen en La Tarumba -junto con Darío- buscan expresar el amor y la unidad que debe existir en el ámbito familiar. Por tal motivo, mencionó que tienen ensayos constantes, los cuales son más intensivos dependiendo de la energía que tengan en ese momento.

Gracias a los espectáculos que desarrollan alrededor del mundo, los tres sienten un buen ambiente familiar; ya que, si bien gustan de su natal España, disfrutan las presentaciones que hacen en el extranjero porque les permite salir de la rutina y pasar tiempo de calidad en familia.

INGRESO A LA TARUMBA

Asimismo, Jesús y Estibaliz hablaron sobre la manera como conocieron al director y fundador de La Tarumba, Fernando Zevallos Villalobos. De acuerdo a los gimnastas, se conocieron en un circo en Rusia, el año pasado, y él quería que ambos hicieran un acto en esta “Camborio”. Sin embargo, ellos propusieron la inclusión de Darío para escenificar la unión familiar que se explicó inicialmente. 

Los artistas también declararon que se sintieron a gusto con la esencia flamenca que rodea a La Tarumba en esta edición. Ambos señalaron que se sienten a gusto con esta decisión; puesto que, se están familiarizados con estos sonidos que son propios de su país de origen, España.

“Para nosotros es importante el factor musical, porque usamos el suelo y la música como acompañamiento (…) Para nosotros, hacer estas actividades con una banda en vivo es un placer; representa la imagen española y lo que representa nuestro país”

manifestó Estíbaliz.

PÚBLICO AREQUIPEÑO Y PERUANO

Uno de los factores que enamoró a los artistas del Perú fue su público; dado que, notaron que los peruanos -y arequipeños- que acudieron a sus ‘shows’ están atentos de cada movimiento suyo. Esto les da una emoción enorme, ya que -al estar fijándose en el momento- pueden disfrutar más del acto y conocer de mejor manera el mensaje que la familia quiere dar.

Por ese motivo, sintieron mucho agrado durante las funciones que se hicieron estos días en la Ciudad Blanca donde hubo multitudes de niños y adultos que aplaudían, gritaban e -incluso- lloraban por las proezas acrobáticas que lograban.

“Siempre que llegamos a un nuevo sitio, intentamos sacar lo más profundo de nosotros y nuestras emociones. Eso último es lo que buscamos transmitir, aparte de la parte técnica. Creo que lo hemos conseguido porque el resultado es muy bueno y el público lo está valorando muy bien. Nos sentimos arropados y queridos”

indicó Jesús.

IMPORTANCIA DEL CIRCO

Además, Jesús resaltó la importancia de los espectáculos circenses por la preparación y entretenimiento que se da tanto a grandes como a pequeños. El acróbata recomienda acudir a estos lugares para atender los movimientos que ejecuta cada persona sobre el escenario.

“Hay que darle valor a un espectáculo en directo, a un entretenimiento que no es espontáneo como el que se ve en la pantalla de un celular, pasando información a la que le dedicamos alrededor de cinco o diez segundos. Esto vale la pena para dedicarle una atención durante dos horas por las emociones de las que te llena”

expresó el artista sobre la importancia de este tipo de actos.