Arequipa es segunda región con más feminicidios en el país
Por: Danna Felipe B.

La desatención de la salud mental y la coyuntura social podrían crear perfiles criminales más violentos.

ESTE AÑO SON 18 CASOS

Arequipa es la segunda región del Perú con más casos de feminicidio. Este año, la alarmante cifra de 18 causó la conmoción en la sociedad arequipeña. El psicólogo forense y consejero-secretario del Colegio de Psicólogos Arequipa-Moquegua, Jorge Fernández, reveló que los aspectos psicológicos, físicos y socioculturales del varón lo hacen, a comparación de la mujer, más propenso de cometer un asesinato. Es decir, se convierten en los principales victimarios.

El especialista explicó que no existe un «perfil del feminicida», sino ciertas características que comparten en menor o mayor medida. «Podemos decir que hay dos grupos, los que tienen déficits y los que padecen un trastorno mental. Los primeros son los que cometen más feminicidios. Se caracterizan por tener problemas de comunicación, autoestima, intolerancia a la frustración, agresividad, impulsividad, distorsiones de pensamiento. Aunque en parte de los aspectos, los dos grupos pueden coincidir», detalló.

Por su parte; los dificultades y trastornos pueden tener factores genéticos y ambientales, los roles que la sociedad designa para hombres y mujeres, por ejemplo.

En los dramas pasionales, un «No» de la mujer fue y puede ser decisivo, más nunca será un móvil completo. Para ello, se necesita un análisis minucioso de la relación sentimental y de las personas que formaban la misma.

Asimismo, la exposición a las noticias y ficciones sangrientas tampoco son una razón fehaciente. «Estas podrían dar ideas de cómo hacerlo, cómo evadir responsabilidades, pero no determinan en su totalidad el acto criminal», señaló el Fernández Salguero. Sin embargo, la frecuencia de los casos y la manera en la que son difundidas sí está generando la desensibilización en algunas personas, mientras otras caen en el «morbo».

LA VÍCTIMA

Al igual que los feminicidas, las víctimas de los mismos no tienen un perfil. Sin embargo, del mismo modo, pueden compartir características. Algunas eran agredidas físicamente o psicológicamente, situación que les causó un «bloqueo mental» que sumado al abandono de su familia y al juzgamiento de la sociedad dio como resultado un hecho lamentable. Mientras, otras no experimentaron una escala de violencia.

«Más que un tema económico o de los hijos, es una cuestión psicológica. La mujer no quiere ser agredida, no vuelve por ello. Se ve imposibilitada de ver una salida. El agresor también juega un papel de manipulador», señaló el psicólogo.

De igual modo, Jorge Fernández evidenció que las autoridades no trabajan por la salud mental, y las veces que lo hacen dejan de lado la prevención, enfocándose en el tratamiento. A ello se suma que las personas asisten recién a una consulta psicológica, cuando la situación ya es insostenible.

«Los hechos violentos son más frecuentes. Estos responden a la coyuntura social que si se sigue agudizando, es decir, no hay trabajo, incremento de la pobreza. Todo ello podría desembocar en perfiles criminales más graves», finalizó el psicólogo forense.

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