La revolución que no fue
Por Carlos Meneses Cornejo
La hicieron contra España, arequipeños y bolivianos
El 16 de julio de 1809 un movimiento subversivo se produjo en La Paz- Bolivia que culminó con la muerte de Buenaventura Bueno, considerado como uno de los principales partícipes de la revolución del 16 de julio, por entonces parte de la Intendencia de La Paz, bajo la administración española.
Además del confinamiento a destierro de Pedro Cossío y María Linares de Torrello y de José Domingo Bustamante y Antonio Lecaros, que al ser develada la revuelta, pasaron desapercibidos.
El movimiento de Bolivia tenía ramificaciones en un plan general que llegaba hasta Arequipa y que no se pudo desarrollar por la decisión de un capitán de fusileros, que comandaba Pedro Domingo Murillo, boliviano y por la delación de 2 mujeres, Manuela Correa y Flores e Isabel de los Ríos.
Esos sucesos habían sido previstos por arequipeños y bolivianos que ya sentían en sus oídos los gritos de libertad frente al yugo español y que por ligereza de Murillo se alentaron a adelantarse con el levantamiento de La Paz.
Había habido contactos previos, los bolivianos estaban influidos por los argentinos que por la vía terrestre intentaban llegar al Alto Perú y los peruanos siguieron esperando que los argentinos con San Martín a la cabeza cruzaran los Andes y llegaran a Perú pregonando la Independencia, como ocurrió en 1821.
En el año de 1809 y 1810, muchos arequipeños se dirigieron a La Paz para cambiar impresiones y el 20 de junio de 1809 se esparció en la ciudad del Misti el conocimiento de lo ocurrido en La Paz el 16.
Murillo, el hombre que se adelantó a la revolución en marcha fue ascendido a coronel y jefe del ejército para que siguiera reprimiendo a los rebeldes, mientras los arequipeños conocieron de estos hechos en la edición del diario Noticias de Arequipa, el 22 de enero de 1935, por una carta que les remitió Francisco Mostajo, abogado, historiador y amigo de las libertades.
Los diarios de la época no dieron información de lo ocurrido en La Paz para no despertar interés en quienes de seguro estaban dispuestos a coger fusiles y revólveres para defender la libertad que deseaban.
Había sacerdotes liberales en el Seminario San Jerónimo que no sólo pregonaban la Independencia de España, sino que la practicaban en poesías y en cantos. Los que fueron a pelear a La Paz resultaron ser los únicos perjudicados.
Acá solo se hizo una misa por los caídos, pero no se dijo la causa de su muerte. La Paz fue sitiada, cortado el servicio de agua y el transporte, mientras las tropas leales al Rey peleaban por correspondencia.
Siempre existió entre Arequipa y La Paz frecuencia de comunicación, intercambio de ideas y demandas comunes para vincularse, la Confederación Perú-Bolivia también pensó tener como capital a Arequipa y no lo fue porque Santa Cruz que era boliviano quería que la sede del gobierno estuviese en el lado de Bolivia.
Previo al 16 de julio, hubo otras revueltas con fines independentistas una de ellas es la ocurrida en la ciudad de La Plata, hoy Sucre, y es conocida por la Revolución de La Plata o la Revolución de Chuquisaca, que fue un levantamiento popular acontecido el 25 y 26 de mayo de 1809, en ese entonces La Plata pertenecía al virreinato del Río de la Plata.
Los oidores revolucionarios del tribunal de la Real Audiencia de Charcas, con el apoyo del claustro universitario y de sectores minoritarios en los que estaban ocultos independentistas, destituyeron al presidente de la Real Audiencia, y transformándose esta en una Junta de Gobierno denominada Audiencia Gobernadora.
En Bolivia hubo varios levantamientos populares que buscaban la libertad de España y en uno de ellos participaron arequipeños, precisamente en 1808 fue cuando el pueblo español transitaba por una época particular a propósito de la invasión de Napoleón Bonaparte.
Seminario de San Jerónimo Arequipa, antes ubicado en la calle San Francisco.