El mensaje de Vargas Llosa
Por: Carlos Meneses
El último capítulo de Piedra de toque es un señalar camino que Mario Vargas Llosa deja a la ciudadanía de todos los países y tiempos en favor de la verdad, la justicia y la libertad.
Según el propio autor, la columna periodística de Mario Vargas Llosa, Piedra de toque publicada el domingo último en El País de España y exclusivamente para Perú en El Comercio está dirigida a los medios de comunicación, a los periodistas y a la ciudadanía del mundo. En ella se hace singular defensa del respeto a las libertades públicas, a la verdad y a no recortar los derechos de las personas que quieren saber, sin limitaciones ni censuras, qué pasa en su país y en el mundo.
Es una especie de testamento que parece advertir que muerto que sea el autor puede resucitar para defender lo que hizo y pregonó en vida y volver a coger un lapicero para escribir los temas que él practicó con permiso de sus editores y con el derecho que tienen los hombres, desde luego también las mujeres, de cambiar de criterios cuando las cosas son distintas de la primera vez que se conocen.
Eso ocurrió con el escritor arequipeño que fue simpatizante de la causa de Fidel Castro y después cuando cambió Castro, él lo recusó por atentar contra la democracia en la que creía y Fidel ya no. El que cambió fue Castro y no él. Cuando el líder cubano se puso en evidencia por el maltrato a Padilla, quien era defensor de libertades; Mario Vargas le dio la espalda.
Es un lenguaje que no ha cambiado en su manera de ser y que obliga a pensar que si hay algo que contradice en la acción de un gobierno o de un pueblo que se resigna a perder libertades, él volverá a escribir para defenderlas; olvidándose de los adioses y demostrando que sigue siendo el mismo que nació aquí, el 28 de marzo de 1936, y que, como todo arequipeño, volverá a coger el arma de defensa de la democracia y de la libertad.
El imperio de la verdad es la norma a la que Vargas Llosa no renuncia y la invitación a sus colegas periodistas de todo el mundo a seguir sus pasos. Muchos le hemos seguido el camino y no olvidaremos sus enseñanzas y el ejercicio de su fe en la democracia, la justicia y la libertad.