El Payaso del circo

Pedro Rodríguez Chirinos – Asociación Rerum novarum

Existe la posibilidad de que alguien conozca la parábola del escritor danés Soren Kierkegaard, en ella encontramos la dificultad de transmitir mensajes trascendentes.

“El relato cuenta cómo un circo de Dinamarca fue presa de las llamas. El director del circo envió a un payaso, que ya estaba preparado para actuar, a la aldea vecina para pedir auxilio, ya que existía el peligro de que las llamas se extendiesen incluso hasta la aldea, arrastrando a su paso los campos secos y toda la cosecha.

El payaso corrió a la aldea y pidió a sus habitantes que fuesen con la mayor urgencia al circo para extinguir el fuego. Pero los aldeanos creyeron que se trataba solamente de un excelente truco ideado para que en gran número asistiesen a la función; aplaudieron y hasta lloraron de risa. Pero al payaso le daban más ganas de llorar que de reír. En vano trataba de persuadirlos y de explicarles que no se trataba ni de un truco ni de una broma, que la cosa había que tomarla en serio y que el circo estaba ardiendo realmente. Sus súplicas no hicieron sino aumentar las carcajadas; creían los aldeanos que había desempeñado su papel de maravilla, hasta que por fin las llamas llegaron a la aldea. La ayuda llegó demasiado tarde, y tanto el circo como la aldea fueron consumidos por las llamas.” (Ratzinger, 2020)

En nuestro país tenemos un incendio que se extiende cada día, sin prisas y sin pausas, y aquellos que deben apagarlo no se encuentran o no quieren hacerlo, querer y poder. Algunos pueden, pero no quieren, mientras que otros quieren, pero no pueden. La clase política que actualmente tenemos no logra conectarse con aquellos a los cuales se les debe servir primero, a esa inmensa mayoría de ciudadanos a los cuales actualmente se les hace filantropía en vez de servirles. La política es un servicio a la comunidad, no a un grupo que quiere hacer grandes negocios hasta el fin de la historia y esperan que se les agradezca por ello.

Se necesita en el país que se respete la ley, la justicia, y para ello necesitamos una educación que forme en valores y principios. Algo, que con el actual currículo no se les da. Se necesita ejemplo, lo cual es, en la actualidad una vergonzosa clase política. Donde prima la viveza criolla en el dinero del Estado, como es de todos es de nadie, y viene el reparto del botín. Algunos lo hacen por el dinero, la fama, o, en fin. Después se vuelven tristemente célebres. El ejemplo es que sean honrados y capaces, esa es la clase de políticos que necesitamos. En ello se puede empezar ahora, demorará un año o cinco, o una vida, pero debemos empezar.

Como escuché en el metro que me llevó al aeropuerto, necesitamos un Javier Milei o un Nayib Bukele u otro, pero ya, no importa el tipo de vestido o el color de su vestimenta, pero que sea veloz y tenga la pasión de ser honrado y capaz.

El fuego no va a distinguir del rico o del pobre, del digno o indigno, solo avanzará y en las cenizas que queden no se diferenciarán unos de otros. Estamos a tiempo.  

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