La muerte de Pedro Suárez Vértiz apena a todo el país y provoca duelo entre los millones de admiradores que lo acompañaron en sus 54 años de vida.

La muerte de Pedro Suárez Vértiz ocurrida ayer, poco antes de las 07:00 horas, ha causado dolor y pena en prácticamente todo el Perú. Era una estrella, pero sobre todo un hombre bueno que no quiso nunca dejar de cantar y al que la inteligencia le permitió poner voz a algunas de sus canciones.

Concitó gran interés en quienes no sólo lo conocieron como compositor e intérprete joven, sino que recogen su mensaje para transmitirlo como una esperanza a muchos que sufrieron como él, pero nunca cedieron a rendirse.

Desde la Presidencia de la República, el Ministerio de Cultura y artistas, así como el público en general se sienten tristes por la pérdida sufrida. El raro mal que lo afectó durante años fue compensado por el amor de todos los que le conocieron y también por el afán de los médicos que hicieron todo lo posible por ayudarlo.

Muere a los 54 años dejando herencia que siempre regaló al Perú y desde luego a su esposa Cynthia y a sus 3 hijos.

El libro que alcanzó a escribir, Yo Pedro; el afecto del que vivió rodeado de su familia, su ejemplo de vida sacrificada y dolorosa ha merecido los elogios de todos aquellos que conocieron de sus canciones y de su atrofia muscular que le privó de la voz. Nunca lo vieron renegar de su cruel destino ni tener palabras de queja, sino de admirar su búsqueda incansable por su país querido.

Ha hecho bien la presidenta Dina Boluarte en expresar el dolor de los peruanos que es auténtico, sincero y el de ofrecer que el Ministerio de Cultura le tribute un homenaje a nombre de sus admiradores.