La purga en el Estado
Por: Carlos Meneses
La única solución para enmendar los errores advertidos por la ciudadanía en el Ejecutivo y en el Congreso es la rectificación y sólo si esta se da, la ciudadanía podrá dispensar aunque sólo sea en parte las consecuencias de la baja desaprobación del gabinete Otárola y de los errores de las bancadas en el Congreso.
Quienes gustan de analizar lo que pasó en Perú en el 2023, llegaron a la conclusión pronta que son necesarios cambios en el comportamiento de determinados organismos estatales y, especialmente, en los que fueron menos aprobados por la ciudadanía, como son, específicamente, el Congreso de la República y el Poder Ejecutivo.
En ambos casos, las decisiones que puedan permitir modificar las apreciaciones ciudadanas dependerán de sus propios integrantes. Es decir, de la recomposición del gabinete ministerial o de la quiebra de compromisos acordados entre la izquierda y la extrema derecha.
Sin esas dos condiciones básicas para cada poder, no será posible que los cambios que se requieran sean visibles para el observador independiente o el ciudadano común y parte de ello también se verá reflejado en la economía nacional.
Por lo anterior, es recomendable para los líderes de estos poderes observar lo que está ocurriendo con el Ministerio Público donde el quehacer de la fiscal Benavides, suspendida en su cargo, ha tenido un efecto rectificatorio de los errores por ella cometidos y que permite una recomposición de la Fiscalía para poder asumir a nivel del Poder Judicial las acusaciones sobre las cuales decidirán los jueces.
La purga propia es la mejor y más adecuada solución, así cambiarán el comportamiento de un gabinete desgastado y rechazado, así como el de un Congreso que si no acude al recurso de autolimpieza verá arrasados en los siguientes comicios a quienes ahora conducen el Parlamento.