Inversión pública de gobiernos locales cayó en 22 regiones
Resultado en el 2024 sería mejor. En los últimos 20 años, la inversión pública subnacional creció 15% en el segundo año de gestión. La caída de la recaudación es uno de los mayores riesgos para este año.
SEGÚN EL INSTITUTO PERUANO DE ECONOMÍA
El crecimiento de la inversión pública en el 2023 contrasta con la usual caída durante los primeros años de gestión de los nuevos gobiernos subnacionales.
Sin embargo, la recuperación de la inversión pública hacia el 2024 enfrenta una serie de riesgos asociados en buena parte al menor espacio fiscal. En ese contexto, es tarea de las autoridades salvaguardar las fortalezas macroeconómicas del país sin restar recursos hacia inversiones que aseguren la reactivación económica y el bienestar de la ciudadanía.
RADIOGRAFÍA DEL 2023
La inversión pública registró un crecimiento real de 3,1% en el 2023, presentando dos tendencias claras a lo largo del año, según los datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), informó El Comercio.
En el primer semestre, aumentó 7,1%, impulsada por el crecimiento de la inversión del gobierno nacional (+29,7%) y los gobiernos regionales (+5,1%), y a pesar de la caída de los gobiernos locales (-13,7%). Durante la segunda mitad del año, la inversión pública acumuló cinco meses consecutivos de caída, registrando una contracción de 7,9% entre julio y noviembre. En dicho período, el dinamismo inicial de la inversión del gobierno nacional se moderó a una expansión de 5,7%, mientras que los gobiernos subnacionales acumularon una caída de 15,6%. Este bajo desempeño se explica en parte por la subejecución de los recursos para inversión adicionales destinados a la reactivación económica y hacer frente a los fenómenos climáticos; los gobiernos subnacionales registraron un avance de menos del 50% de estos fondos. En diciembre, la inversión pública repuntó a un incremento de 25%, por la mayor inversión de gobiernos regionales y el gobierno nacional. Este resultado fue clave para elevar el desempeño de la inversión pública en el 2023.
Según Fernando Gonzales de IPE, en la última gestión municipal (2019-2022), se ejecutó solo el 60% del presupuesto de inversión pública, que permite el cierre de brechas de infraestructura. Esto es equivalente a que S/40 000 millones no se han gastado.
También se observa, al cierre de este período municipal, que la proporción de distritos que ejecutaron menos del 60% de su presupuesto para inversión se incrementó de 27% en el período 2015-2018 a un 34% en el 2019-2022.
Este deficiente avance se explica, en parte, a que la capacidad de ejecución de los municipios no corresponde con el tamaño de su presupuesto para inversión. Esto ocurre, especialmente, en los distritos mineros.
Por ejemplo, en el distrito de Yarabamba en Arequipa, los recursos para la inversión crecieron en 126% entre 2019 y 2022, pero el monto ejecutado solo aumentó en 25%.
De acuerdo con las cifras en la última década, existe una relación negativa entre el monto transferido por canon y regalías mineras y la tasa de ejecución de inversión pública nivel regional.
EL GRAN DESAFÍO
Para el 2024, se espera que la inversión pública se recupere por la ejecución de proyectos a cargo de los gobiernos subnacionales, que entrarán en su segundo año de gestión en una etapa más consolidada de su curva de aprendizaje. Esta dinámica ha sido recurrente a lo largo de las últimas dos décadas, en los que el IPE calcula que en cada segundo año de administración el gasto de inversiones a cargo de gobiernos regionales y locales crece en promedio alrededor de 15%. No obstante, debido a que el 2023 no fue un año tan negativo, en el 2024 el rebote sería más moderado.
Adicionalmente, la recuperación de la inversión pública enfrenta una serie de riesgos asociados en buena parte al menor espacio fiscal. En efecto, los ingresos públicos han acumulado en el 2023 una de sus mayores caídas de los últimos 30 años, sin considerar la pandemia. Con excepción de lo ocurrido entre el 2009 y 2010, la caída de la recaudación en episodios previos ha traído consigo menores niveles de inversión pública como porcentaje del PBI. Una situación similar podría registrarse en el 2024 sin medidas que aseguren la sostenibilidad de los ingresos fiscales durante el año.