PUNTO SEGUIDO
Por Jimmy Rusbell Huanca
Alexander Sucasaire es un destacado artista plástico nacido en Arequipa, realizó su formación profesional en la Escuela Nacional de Artes Carlos Baca Flor. En 2009 realizó su primera exposición individual titulada “Inocencia compartida” en el Centro Cultural, en ese entonces llamado Chávez de la Rosa, con una temática onírica de carácter introspectivo sobre el niño creativo que todos llevamos dentro. Desde entonces, ha presentado individuales e innumerables participaciones en diferentes colectivas.
La muestra pictórica “Punto seguido” de Sucasaire estuvo en exposición del 11 al 29 de noviembre de 2023 en la sala 2 del Centro Cultural de la Universidad Nacional de san Agustín de Arequipa.
El pintor exhibió 13 obras con la estética del realismo contemporáneo. Su temática es la figura humana, retratos en su mayoría, de personajes seleccionados de su imaginario. Estas obras fueron realizadas con la técnica del acrílico y óleo sobre lienzo. La dualidad de agua y aceite en técnicas mixtas logra el lenguaje del signo plástico de la textura visual y táctil dentro de su obra pictórica, con un rol de primer orden dentro de su propuesta, que da origen a las sucesivas líneas discontinuas a manera de cortinas deshilachadas que permiten en ocasiones mostrar y en otras ocultar parte de la imagen del sujeto presentado, abriendo un mundo de posibilidades para las interpretaciones.
Sus obras están realizadas en una clave tonal media alta mayor (en su mayoría utiliza valores medianamente claros y los contrasta fuertemente con valores oscuros); utiliza colores complementarios y armónicos para dar vivacidad y calma a la vez; y colores saturados en ciertos puntos estratégicos a manera de acentos con colores grises para contrastar.
Compositivamente utiliza una estructura central, ya que, las imágenes como punto de interés están ubicadas en su mayoría en el centro del formato, de donde todo surge mediante irradiación. Este centro de interés se convierte en figura al ser reconocido como forma, y quedan como fondo, en un segundo plano, los elementos del espacio circundante (un aparente e inhóspito vacío). En este sentido el centro geométrico del encuadre se convierte en uno de los puntos de referencia más importantes al contemplar las obras pictóricas, transmitiendo una sensación de equilibrio y estabilidad.
Podemos decir entonces con respecto al esquema compositivo, que existe toda una zona de “equilibrio dinámico” entre el centro del encuadre y los bordes, que sugiere una estética agradable a la vista. Que cede el paso al proceso de contemplación.
ASPECTO SEMÁNTICO
La denominación “Punto seguido” para el autor significa la línea de vida o hilo de la vida, ya que, conceptualizada plásticamente, la línea es una sucesión de puntos, puntos que simbolizan los instantes de vida que se entretejen formando vivencias, historias personales que cada ser humano construye paso a paso a lo largo de su existencia. El hilo de la vida ata al hombre a su destino y a la vez le permite ponerse en comunicación con lo divino. La simbología de “punto seguido” está relacionada con la trama de la vida.
Las líneas o hilos emulan cortinas, como un velo que dejan entrever un icono que aparentemente reconocemos como uno de los nuestros, por su forma humana, pero a la vez no sabemos de quiénes se trata. Es una metáfora de la empatía, una crítica a la convivencia social: cómo vemos a nuestros semejantes, cómo nos ven, o cómo queremos ser vistos.
También llama a la reflexión sobre el uso del concepto romántico de “empatía”, que tanto se requiere para vivir en armonía dentro de una sociedad. Según la RAE, es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Es decir, ser capaz de entender la situación, los sentimientos y las emociones que está viviendo otra persona. Sabiendo que cada ser humano constituye una particular historia, una forma de sentir, percibir y resolver los distintos aspectos que se nos presentan día a día, nos cuestionamos ¿puede darse esta situación de empatía de forma literal?
La metáfora de líneas o hilos que emulan cortinas, que dejan entrever un icono, que aparentemente reconocemos en las obras de Alexander Sucasaire, nos dan respuesta a esta cuestión. Nos sugieren que no es posible comprender a plenitud, ni sentir lo que sucede con la otra persona; sin embargo, podemos realizar un intento, en esto radica la enseñanza de vida en sociedad, en no juzgar al prójimo por la simple mirada superficial. En un sentido humanitario, llama a la comprensión y la aceptación de los aparentes defectos y virtudes ajenas en pos de una vida social en armonía.
También es grato mencionar que en la obra de Alexander Sucasaire, el concepto de centro va más allá de un esquema compositivo en el que se reúne opuestos, no solo de colores complementarios o contrastes tonales, sino que también, como el símbolo más importante y universal de elevación divina, donde se ubica el hogar, el Árbol de la Vida. El centro es el ombligo del mundo, la vida no es concebible sin un centro, ni tampoco la muerte. En ese sentido, “Punto seguido” vendría a ser también un canal o medio de renovación, de comunicación con uno mismo y con los demás, que emula la conexión entre la madre que le da vida al hijo, como si todos los seres humanos estuviéramos unidos entre sí a través de un centro espiritual, en la búsqueda de lo trascendente.
CONCLUSIÓN
Alexander Sucasaire no solo emplea con gran maestría los distintos elementos plásticos que comprenden la obra pictórica, para efectos de contemplación, sino que también, en un compromiso de estética social, nos invitó a reflexionar y a no juzgar al prójimo por la simple mirada superficial.
Guiados por esta nueva experiencia, el artista nos propuso una mirada de reflexión hacia las distintas manifestaciones que supone cada ser humano, poniendo en cuestión nuestro punto de vista sobre un concepto indispensable para convivir en sociedad que es la empatía. “Punto seguido” es una mirada a los paradigmas de convivencia desde la perspectiva de un artista destacado y con un gran sentido de compromiso social.