Por: Carlos Meneses

La cita del domingo es muy importante para asegurar el futuro del Perú. Lo ocurrido en el Ecuador no puede repetirse en ninguna otra nación sudamericana y como ya sabemos cuál es el origen del mal es conveniente que todos juntos unamos fuerzas para evitar que se extienda y teniendo como origen el tráfico de drogas debemos conseguir el aporte de los países consumidores para detener los excesos que se han provocado.

Este domingo se reunirán en Lima los representantes de Perú, Ecuador, Colombia, probablemente también, de Venezuela y de los Estados Unidos para analizar los sucesos de violencia que han sacudido a Ecuador y que tienen secuelas no solamente en Colombia sino también en el Perú.

Estarán delegados de los gobiernos y de los ejércitos que saben perfectamente que el origen de los males confrontados tiene relación con el tráfico de drogas y con la presencia organizada de bandas delincuenciales que están metidas en el negocio de los narcóticos y en comercios informales vinculados a estupefacientes y delincuencia.

Es de desear, asimismo, que el mayor interés sobre el tema sea de las naciones vecinas a Ecuador y particularmente de Perú, pues cada vez son más frecuentes los indicios de cercanía de la violencia mostrada hasta, por la televisión en vivo, en Guayaquil y de la que dan cuenta los diarios peruanos de lo que pasa en Lima y en otras ciudades peruanas.

Es necesario esclarecer la procedencia de las armas usadas para los actos delincuenciales y determinar en qué medida se han retirado granadas y armas peruanas para que aparecieran en manos de los terroristas ecuatorianos que asesinaron a un candidato presidencial y han sembrado el terror en el país que dirige el presidente Daniel Noboa.

Hay que hablar claro en esta oportunidad y llegar a obtener acuerdos que signifiquen detener la violencia y devolver tranquilidad a naciones que tienen un origen común, que quieren y necesitan vivir en libertad y de acuerdo a legislación conveniente.