Las bandas delincuenciales

Por: Carlos Meneses

Ni siquiera un estado de emergencia en la forma con que se ha querido detener la acción de delincuentes en San Juan de Lurigancho (SJL) y en otros distritos de Lima, ha sido útil para evitar que malvado propósito se extienda a otras ciudades como Arequipa, Trujillo y Piura.

Son 2 las bandas de delincuentes denominadas “Los gallegos” y “Los orientales” que utilizando una política de préstamos de altos intereses que al no poder ser pagados por los prestatarios motivan exigencias que incluyen la muerte y a las que, para colmo de males, la Policía no puede controlar.

Casi cada día, estos malvados provocan una muerte en una ciudad que era apacible, las víctimas son generalmente personas de bajos recursos o que tienen negocios como barberías, bodegas y en general son víctimas de atrocidades, viven amenazados y finalmente terminan muertos.

El problema es que estás bandas se empeñan en un proceder que la Policía hace esfuerzos por controlar sin que se pueda detener la violencia que ellos usan como método de cobranza, incluso utilizan armas de fuego que disparan a la cabeza de sus deudores, dejando avisos que evidencian una lucha entre ellos, organizada y sin temor a represión policial.

La acción de los bandidos es de tal naturaleza que los deseos policiales de conseguir más agentes mediante el sistema de pago de días francos no han sido exitosos, sino parcialmente; la Inteligencia no ha funcionado tan eficazmente como sería deseable para detener los afanes de los bandidos y evitar que esta acción prosiga ante el asombro ciudadano.

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