Por: Carlos Meneses

La lucha contra la delincuencia debe ser de todos y la obligación de liderarla es de la Policía Nacional del Perú.

Han hecho bien los alcaldes distritales de Arequipa en esperar anunciada visita del ministro del Interior para poder dialogar con él y tomar una decisión consensuada para solicitar el estado de emergencia que algunos burgomaestres consideran necesario imponer en Arequipa, para hacer frente a los frecuentes hechos delincuenciales que se están produciendo en la región.

Un pronunciamiento en contrario significaría que la Policía Nacional del Perú (PNP) sería marginada de una solicitud que no tendría consenso ni apoyo de quienes están obligados por ley y razón a poner en vigencia un estado que suponga la concertación de policías y soldados y la colaboración ciudadana en general para poner orden en casa.

Las opiniones de los alcaldes son muy importantes, pero no suficientes, pues los serenazgos no podrían hacer ese trabajo solos y mucho menos con resultados definitorios.

El señor general (r) Víctor Torres debe tener la oportunidad de participar de una decisión semejante y liderarla para no cometer el error de asumir una actitud como la que está sosteniendo el gobernador regional de la Libertad, César Acuña, quien por su cuenta y riesgo ha reclamado el establecimiento de un estado de emergencia en Trujillo.

Lo que se quiere es asegurar el éxito y lograr participación general en el combate que aquí libran bandas como “Los gallegos” y “Los orientales” para que también se puedan activar los aparatos de Inteligencia que soporten las campañas correspondientes.

Es de saludar la determinación adoptada y el ofrecimiento de colaboración que a la institución titular de seguridad colectiva se pide ahora intervenir.