Por: José Pasache Chiroque

La educación superior tecnológica es una buena alternativa para los jóvenes de escasos recursos económicos que desean mejorar su calidad de vida laborando con prontitud, con el apoyo y asesoramiento de la entidad educativa que los cobija como estudiantes.

Los institutos, a pesar de algunos problemas, han seguido al lado de las familias humildes para respaldar la educación de sus hijos, pensando en el futuro de nuestro país con buenos profesionales.

Es el principal camino que emprende un joven que deja las aulas de secundaria para construirse un futuro mediante el desarrollo profesional, que genere un fuerte impacto económico, laboral, familiar y social.

Conforme transcurre ello, se va incrementando el crecimiento profesional, así como las posibilidades y fuentes de empleos, que se presentan por la capacidad mostrada y, lo principal, mejores condiciones de vida que es el objetivo.

¿Cómo es eso?, nos preguntamos. En este caso, los padres del joven que egresa de secundaria y no tiene muchas posibilidades económicas buscan que postule a una universidad pública y, al no ingresar, voltean la mirada como alternativa a postular a un instituto tecnológico de educación superior como muchos en el país, que forman profesionales capacitados en el mundo globalizado competitivo, ofreciendo las carreras de contabilidad, administración de empresas, diseño gráfico, diseño publicitario y secretariado ejecutivo, las que al concluir en 3 o 4 años les permite enrolarse en una universidad conforme la ley de educación superior. El alumno puede revalidar cursos en una universidad pública, ingresar, estudiar la carrera y, al acabar, obtener su bachillerato y título de grado otorgado por la Sunedu. Con ello, el joven que emprendió su carrera ve coronar su objetivo de ser un profesional, debido a la capacidad que ha demostrado y a su esfuerzo de superación.

Los funcionarios, que integramos los institutos existentes en el país, nos sentimos recompensados cuando vemos que uno de nuestro alumnos logró su objetivo de ser un profesional en la carrera que eligió.

Como Estado, nos sentimos contentos de que jóvenes con pocos recursos económicos lleguen a la meta deseada con mucho sacrificio por medio del estudio.