Por: Carlos Meneses

En este día jubilar de Vargas Llosa le testimoniamos afecto y buenos deseos.

Hoy cumple 88 años, Mario Vargas Llosa y es una fecha que los arequipeños recordaremos con gratitud por haber brindado a su tierra natal y a todos los que acá hemos vivido, y a los que nos seguirán honrados, su obra escrita. El premio nobel, ganado en el 2010, sus artículos periodísticos siempre en defensa de la libertad y en fortalecimiento de la democracia bien determinarán el orgullo de los arequipeños siempre afectos a defender los ideales que han motivado a este singular varón.

Ahora está tomando un descanso merecido, por cierto, y queremos tributar en esta fecha un homenaje a su abuelo Don Pedro Llosa, quien a lo largo de su vida y desde el primer día que vio la luz de nuestro eterno cielo azul le inculcó el cariño a Arequipa, incluso mientras vivieron en Bolivia fue obediente a los dictados del padre de su madre que nunca dejó de hablarle de su tierra natal, de sus revoluciones y de las luchas de esta tierra bendita enriquecida por el aporte de los llegados y por la persistencia del bien vivir a pesar de temblores y terremotos.

Vargas Llosa es suma de virtudes por su extraordinaria labor en medios de comunicación a través de su columna Piedra de Toque, donde con elocuencia y con el propósito de llegar a quienes creyeron en sus valores y bondades, se empeñó en difundir sus mensajes con sencillez y en castellano.

Somos también depositarios de sus libros obsequiados por él en beneficio de quienes vivimos en Arequipa y reclamamos ahora el que se destrabe el que esos documentos, que incluyen sus testimonios de lectura, sigan sumándose a los 50 mil textos ya recibidos.