Hacia una gestión pública eficiente
Por: Claudia Ruiz Canchapoma
Una gestión pública eficiente optimiza el uso de los recursos al priorizar áreas críticas y asigna fondos estratégicamente para maximizar el impacto social y económico. Además, implica identificar y eliminar desperdicios y gastos innecesarios, aumentando así la eficacia del gasto público.
En un escenario donde los recursos son escasos y las demandas de la sociedad son cada vez más apremiantes, la eficiencia en la gestión pública emerge como un pilar fundamental para los gobiernos. En el contexto específico del Perú, país con una rica diversidad y múltiples desafíos, la optimización del uso de los recursos se torna esencial. Por ello, una gestión pública eficiente no solo es una necesidad, sino también una oportunidad para impulsar un cambio significativo.
Sean Fitzpatrick, coautor del libro Estrategias para un gobierno eficaz, apunta que una buena manera de mejorar la eficacia en las administraciones públicas es imitar las buenas prácticas empresariales en sus propias actividades y abrir así sus puertas a procedimientos, estrategias y herramientas hasta ahora exclusivas del sector privado.
Esto implica que las instituciones gubernamentales pueden beneficiarse al aprender de las estrategias exitosas utilizadas por las empresas en el sector privado y aplicarlas en sus propias actividades. Al hacerlo, las administraciones públicas pueden incorporar procedimientos, estrategias y herramientas que tradicionalmente han sido exclusivas del ámbito empresarial, lo que potencialmente mejora su eficiencia y efectividad en la prestación de servicios públicos y en el cumplimiento de sus funciones.
La adopción de tecnologías innovadoras y mejores prácticas de gestión también puede mejorar la eficiencia operativa y reducir los costos a largo plazo. Asimismo, fomentar la transparencia y la rendición de cuentas en la administración pública garantiza que los recursos se utilicen de manera justa y equitativa.
Una gestión pública eficiente va más allá de simplemente hacer más con menos; es una demostración de responsabilidad y visión estratégica por parte de las autoridades. Al optimizar el uso de los recursos, no solo se garantiza una mayor eficacia en la prestación de servicios públicos, sino que también se promueve una administración responsable de los fondos de todos los ciudadanos. Esta eficiencia no solo se traduce en un mejor funcionamiento del gobierno, sino que también impacta positivamente en la calidad de vida de la sociedad en su conjunto. Una gestión pública eficiente es un compromiso con el bienestar y el progreso de toda la comunidad, y es esencial para construir un futuro sólido y próspero para nuestro país.