La fiscal Ampuero afirma que el amor de madre te puede llevar a realizar cosas impensables

Redacción Diario El Pueblo

¿Cuál es el momento más hermoso de tu vida? Para muchos, esta pregunta resulta complicada de responder. Sin embargo, Cecilia Ampuero, fiscal provincial de Prevención del Delito, no duda al respecto. Afirma que el mayor acto de amor que Dios ha tenido con ella es haberla convertido en madre de Luis y Alejandro.

En su época de colegio, Cecilia defendía a sus semejantes con la actitud característica de cualquier letrada. Así surgió uno de sus propósitos de vida, que tiempo después la atrajo a estudiar Derecho en la Universidad Católica de Santa María.

La mujer ejerció como abogada durante algunos años antes de que la vida le regalara la dicha de ser mamá por primera vez. Separados por menos de dos años, los pequeños fueron creciendo con los valores e ideales de la madre, siempre correctos y encaminados a dar lo mejor de si mismos.

En 2002, la letrada comienza su carrera en el Ministerio Público; ya van a cumplirse 22 años desde ese entonces. Cecilia reconoce que ser fiscal le consumió más tiempo. Afortunadamente, su mamá siempre estuvo con ella, apoyándola en lo que podía.

Las vacaciones de la fiscal eran los días favoritos de Luis y Alejandro. Tenían a mamá todo el día.

Los años pasaron y los niños se hicieron adultos; cada uno terminó su propia carrera profesional, algo que no podría llenar de más orgullo a la fiscal. Afirma que ellos la vieron trabajar y estudiar al mismo tiempo, lo cual ha tenido una repercusión importante.

Si bien sus hijos ya tienen 30 y 29 años, Cecilia los sigue queriendo tal como la primera vez que los tuvo en brazos. La mujer asegura que sus hijos son los momentos más “sublimes” de su vida. No se arrepiente de lo que tuvo o dejó de hacer por estar más tiempo con ellos, pues al final todo esto se tradujo en amor.