Un mundo multipolar ante el calentamiento global

Por: Luis Luján Cárdenas

REFLEXIONES

“La era del calentamiento global ha terminado, empieza la era de la ebullición global”, ha sentenciado la Organización de las Naciones Unidas (ONU), trayendo por los suelos todo pronóstico científico debido al preocupante aumento del calor en gran parte del planeta.

La ciencia se ha visto superada por la imprevisibilidad de los fenómenos climáticos, y se enfrenta a una gran incertidumbre social, política, económica y ambiental que está derrumbando acuerdos y compromisos internacionales de toda índole, siendo necesaria una reingeniería global de las organizaciones y los acuerdos adoptados entre las naciones.

El cambio climático constituye un problema sumamente complejo que destroza la gestión de futuro y pone en serio riesgo todo vestigio de vida en el planeta. Por lo cual demanda soluciones holísticas e integrales inmediatas y a largo plazo, no solo desde la ciencia y la tecnología, sino también urgentemente desde la política y la economía mundial.

Debemos enterrar de una vez y por todas viejos paradigmas, siendo el más importante la unipolaridad, es decir, el dominio mundial por parte de Estados Unidos y sus aliados, a través del capitalismo, cuyo industrialismo creó y aceleró el efecto invernadero, contaminó la naturaleza y profundizó la brecha entre países ricos y pobres desde hace más de 200 años.

Otro paradigma que irá al tacho es considerar el agua como un elemento de segunda, un recurso infinito, un tema que no es prioridad en la agenda nacional y mundial. Los recursos hídricos –y la ciencia y la política deben entenderlo– están siendo afectados por el calentamiento global al punto que está cambiando el ciclo del agua y, por ende, la vida en el planeta.

La World Resources Institute hace cuatro años analizó 167 países, determinando que 33 de ellos enfrentarán un estrés hídrico extremadamente alto hacia el 2040 y la Organización Meteorológica Mundial ha pronosticado que el mundo superará el nivel de 1.5 grados Celsius de calentamiento global en los próximos 5 años, por lo que la crisis hídrica se acelerará en el próximo quinquenio y los países pobres serán los más afectados.

Las tempestades, las tormentas, los ciclones, las lluvias torrenciales, las inundaciones, desbordes, deslizamientos de tierra, aumento del nivel del mar, deshielo de los polos y la desertificación son consecuencia de la alteración del ciclo del agua, principal fenómeno de profunda incidencia e implicancia en la vida y los ecosistemas en sus diversas variantes.

La mayor revolución social que espera y necesita el planeta es el paso hacia un mundo multipolar en las relaciones entre los países que permita una economía más justa y equitativa, políticas públicas globales responsables y una rápida transición ecológica que detenga la barbarie social y geopolítica actual.

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