Persistencia de la presidenta
Por: Carlos Meneses
El simulacro de una catástrofe resultó siendo una declaratoria renovada de guerra contra el periodismo independiente del Perú.
Definitivamente la presidenta Boluarte no quiere conversar con la prensa. Los periodistas que acudieron a Palacio de Gobierno para ver detalles de la participación presidencial en el simulacro de sismo terminaron encerrados con efectivos de seguridad del Estado e incluso con agentes que llevaban metralleta en mano para que no pudieran salir de recinto en el que virtualmente estuvieron aislados.
Eso ocurrió el viernes por la mañana, ya por la tarde la presidenta se acercó a los periodistas para ratificar su respeto por la libertad de expresión en una declaración que duró segundos, luego se dio la vuelta y volvió a ambientes de palacio.
La respuesta del Consejo de la Prensa Peruana organismo empresarial que se pronunció después del incidente de la mañana del viernes y del Instituto de la Prensa ha sido categórico.
La mandataria ha deslucido el simulacro porque no se ha podido informar de sus alcances y tampoco ha sido útil para romper con 56 días en que no hay diálogo entre la Presidencia y el periodismo.
Una situación así, es de gran peligrosidad para la estabilidad del país. No solo desalienta la inversión, sino que crea incomodidad entre quienes viven en el país. Nadie entiende el porqué de este proceder que agrava las diferencias políticas y debilita más a un gobierno que solo evidencia tener el 5% de respaldo ciudadano a nivel nacional y el 3% en el importante sur del país.
Los periodistas no son enemigos del gobierno, no deben ser considerados como tales por nadie que resida en un país que anhela vivir en democracia. La señora Boluarte debe cambiar de actitud si desea estar de buenas no solo con los periodistas que la aplauden, sino con los independientes, sobre todo.