El fin de la Legislatura
Por: Carlos Meneses
Muchas reformas se han hecho en el texto constitucional no para beneficio colectivo, sino para defender intereses partidarios o de grupos lo que a la postre ha significado un mal uso de los poderes que les confirieron los electores.
Nadie puede estar satisfecho en el Perú, ni siquiera los propios parlamentarios con lo que ha ocurrido con la Legislatura que este sábado termina. El Congreso de la República no ha cumplido a satisfacción de la mayoría ciudadana, con la misión encargada y el resultado es un deplorable 6% de aprobación para con el quehacer de las 16 bancadas del Parlamento y, sobre todo, con la mayor desaprobación que a nivel nacional le concedieron los departamentos del sur del país.
Los excesos de poder de que han hecho gala las bancadas de derecha, en unos casos, y de izquierda, en otros, nos han conducido a límites extremos, restado valor o importancia al equilibrio de poderes y ocasionado la comisión de errores que han vulnerado el régimen constitucional vigente y esto ha determinado una disconformidad de la población con tal quehacer.
Estamos llegando al final de la Legislatura con la certeza de que los miembros de la Junta Directiva no intentarán una reelección ante la evidente desaprobación al interior y al exterior del Parlamento y en la seguridad que más han sido los desaciertos que las buenas cosas hechas en la gestión.
Para colmo de males, el Ejecutivo no ha sabido mantener el equilibrio necesario para que exista realmente y en todo momento un equilibrio entre los poderes del Estado.
Tampoco han sido ajenos los casos de congresistas que han mostrado comportamiento indebido como, por ejemplo, los “mochasueldos” que se han presentado con frecuencia y que no han sido castigados como debieran serlo.