LO PRIMERO QUE PENSAMOS (2° PARTE)

Por Dr. Juan Manuel Zevallos Rodríguez.

Cada día al despertar somos responsables del nuestro planeta y de la gente que vive en él, ¡sí!, somos responsables de casi siete mil millones de seres humanos que se encuentran ahí afuera. Pero a la vez somos responsables de nuestra vida y da cada pensamiento que procesamos y que lanzamos al medio en donde nos toca vivir.

HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA

Cada día podemos tomar la decisión de pensar en positivo o de pensar en forma destructiva. Cada uno de nosotros es responsable de los pensamientos que puede generar nuestra mente. Claro, algunos dejan en automático su mente y permiten inconscientemente que los pensamientos se vayan produciendo sin ningún control lógico. Cuando ponemos en automático nuestra mente, las experiencias virtuales acumuladas en nuestro cerebro empiezan a gobernar la formulación de ideas y elaboran pensamientos complejos muchas veces asociados a actos nobles, muchas veces también asociados a eventos de sufrimiento o de frustración.

Cuando dejamos que nuestra mente lance al mundo los pensamientos armados sin supervisión alguna por nuestra persona, podremos ver que saldrán flores envueltas en papel de regalo y también veremos salir toneladas de basura de olor nauseabundo.

Ahora podemos entender por qué sufrimos a lo largo de nuestra vida. Somos los responsables de las toneladas de basura que dificultan nuestro andar por los senderos de la existencia. De por si recorrer dichos senderos genera un compromiso y un esfuerzo importante, pero si a ello le agregamos los obstáculos que nosotros nos ponemos en nuestro deambular, pues la tarea se vuelve titánica y muchas veces se envuelve en un halo de frustración.

No hagamos más complicad nuestra vida de lo que ya es. No botemos toneladas de basura que no sólo obstruyan nuestro paso, sino que a la vez nos haga alejarnos de nuestras metas en virtud del panorama desolador que se muestra a nuestros ojos.

Al generar pensamientos nobles y positivos, las brumas de la desesperanza van desapareciendo, los olores nauseabundos de la frustración dejarán de flotar en el ambiente y en nuestro sendero de vida.

Somos responsables de nuestros pensamientos y somos responsables del modo y la forma en que logramos alcanzar nuestros sueños. Somos seres que entienden que la nobleza de los actos y la pureza del pensar generan vidas llenas de optimismo y de sentimientos de realización. Somos seres humanos que podemos actuar con humildad y valorar nuestros logros con la alegría del que logró aquello que se proyectó. Podemos hacer lo correcto, lo adecuado. Podemos equivocarnos, caer en el camino y levantarnos. Podemos aprender cada día de nuestras limitaciones y desarrollar a la vez nuevas potencialidades.

Podemos a la vez actuar de modo egoísta, hacer responsables a los demás de nuestras dificultades y nuestros fracasos, y ¿eso nos ayudará de alguna manera a enfrentar los problemas que nos limitan?, de seguro que no. El mundo nos pone obstáculos, que algunos llaman problemas y otros llaman oportunidades, pero el mundo, recuerda, no te pone cadenas, no te quita la libertad, uno mismo se pone limitaciones y se tumba en el suelo lleno de frustración por no tener más fuerzas para enfrentar los desafíos de la existencia.

¡Qué mentira más grande decir qué ya no tengo fuerzas para seguir adelante!, siempre tendremos fuerzas si sabemos buscar en el lugar adecuado. Siempre nos sentiremos cansado si decidimos no buscar y dejar que el primer obstáculo nuble nuestra visión del mundo.

Cada uno de nosotros tiene la fuerza necesaria para alcanzar sus metas y sueños. Somos aquello que podemos ser en virtud de nuestra entrega y dedicación. El hecho de ganar no define a una persona, aun ser humano de bien. Aquel que ha hecho todo por alcanzar sus sueños, es de por si un ganador, es una persona que se ha realizado. Si logró el objetivo final se sentirá y feliz y deberá llorar por supuesto de felicidad. Si el logró finalmente no fue alcanzado, por qué así es la vida, muchos sueños no podrán hacerse realidad de modo pleno, no debe haber problema alguno, deberá quedar la satisfacción de la tarea bien ejecutada y el del compromiso asumido a plenitud. Un ejemplo claro es el de las personas que anhelan ser el primer lugar en una competencia deportiva, podrán poner todo su esfuerzo, dedicación, compromiso y más; quizá lleguen primeras, quizá segundas o terceras; quizá habrá alguna persona con una mayor capacidad física y mental que alcance ese primer lugar. No es importante ganar sino haber puesto todo de ti para lograr hacer realidad tu sueño. Recuerda, a cada uno de nosotros Dios nos dio un regalo para ser primeros, varios regalos para ser segundos, terceros y de seguro un regalo en el cual vamos a ser últimos. Si damos nuestro mayor esfuerzo ya habremos ganado, si no lo hemos dado, de seguro tendremos una deuda con la vida.

No generemos deudas con la vida, no son buenas, un día la vida te cobrará esas deudas. Si eres joven de seguro podrás pagarlas y tendrás nuevas oportunidades para salir adelante. Si ya eres anciano quizá ya no habrá mucho tiempo para retomar los sueños perdidos.

Vive a plenitud y date por completo. Vive conscientemente cada acto de tu existir. Siéntete feliz por lo que haces. Alégrate por los triunfos de los otros, también por los tuyos. No siempre se puede ser primero pero siempre se puede ser mejor, si así lo decides.

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