PACHACÚTEC EL MEJOR GOBERNANTE
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
Clement Markham, dijo: “El más grande hombre que la raza aborigen de América haya producido”. En la colección El Comercio: Biografías imprescindibles Hombres y mujeres que cambiaron el mundo, N° 28 Inca Pachacútec El fundador del imperio inca, se lee: “Es importante advertir que a diferencia de lo que sucedía en las casas reinantes europeas, en el incario el mando no lo heredaba necesariamente el hijo legítimo mayor. En el mundo andino, por el contrario, no existían los criterios de legitimidad y primogenitura. Cualquiera de los hijos varones del Inca que durante su juventud mostrase sagacidad para dirigir ejércitos, prudencia y dotes de gobierno, podía acceder al trono. En otras palabras, el sucesor tenía que ser siempre el hijo ‘más capaz’. Así ocurrió con el propio Pachacútec, quien no era el hijo primogénito de su padre, el Inca Huiracocha. Pero, al demostrar mayores cualidades que Urco, su hermano mayor, se hizo merecedor al trono de los quechuas”. (p. 219).
Sigue: “Un ejemplo alentador. Una de las grandes contribuciones que Pachacútec legó a la posteridad son sus principios éticos de gobierno. El cronista Blas Valera rescató uno de ellos: ´Cuando los súbditos obedecen […] sin contradicción alguna, deben los reyes y gobernadores usar con ellos de liberalidad y clemencia; mas (sic) de otra manera, de rigor y justicia, pero siempre con prudencia’”. (p. 219). “Cuenta Juan Diez de Betanzos en su ‘Suma y Narración de los Incas’ (1551) que Pachacútec fue un joven íntegro, muy virtuoso, muy amigo de hacer el bien a los pobres”; “Antes de obtener responsabilidades, los nobles incas tenían que superar el Huarachico, una prueba en la que sufrían ayunos, flagelaciones, penosas marchas y combates”. (p. 224).
Pachacútec, defendió el Cusco del ataque de los Chancas, guerreros rivales de los Incas, venciéndolos al apoderarse del ídolo Usovilca, lo cual desmoralizó e hizo huyeran, el relato histórico, se encuentra en la Enciclopedia Ilustrada del Perú de Alberto Tauro del Pino, tomo 12, p. 1897; luego, lo coronaron Inca.
María Rostworowski, escribe: “La consolidación de sus conquistas la obtuvo Pachacutec por medio de tres medidas principales: los caminos, como unidad geográfica; la imposición del quechua (runasimi) como idioma oficial; y el establecimiento de una sólida organización administrativa que convergía hacia un poder central, fuerte y absoluto… El botín dejó de ser el anhelo principal de las guerras. En vez de dedicarse a la rapiña, el Inca enviaba a las provincias sometidas visitadores reales, encargados de observar la región, de hacer maquetas de barro de los fuertes, las ciudades y poblados, de los cerros y acequias, mientras que en los quipus se anotaba el número de habitantes, de ganado y las riquezas en general. Los mismos visitadores procedían a aplicar las tan conocidas medidas sobre el reparto de los pastos y tierras fértiles en tierras del culto, del Inca y de los runas (el hombre común); el empadronamiento de los pobladores en unidades decimales; y la edificación de depósitos de víveres, armas y vestimentas”. (Los Incas, IEP, p. 20 y 21).
Waldemar Espinoza Soriano, nos habla de “La genial obra administrativa de Pachacútec”, “En el Cusco procedió a una replanificación y reedificación total de la llacta, entre cuyos monumentos destacó el flamante templo solar, llamado desde entonces Coricancha (cercado de oro), previa la preparación de planos y maquetas… Para dichas obras proyectó con minuciosidad el servicio de mitayos (trabajadores por turno), a quienes retribuía con alimentos, bebidas, coca y hasta ropa”. Habilitó un santuario para congregar a los ídolos de los dioses de las etnias conquistadas, reteniéndolos en el Cusco en calidad de rehenes políticos para evitar sublevaciones”, fundó “llactas (ciudades) con todos los servicios en los lugares claves para la vigilancia política, administrativa, económica y civil de las zonas anexadas. Organizó y reglamentó el sistema de mitmas (traslado de poblaciones, dirigido por el Estado). (Los Incas economía sociedad y Estado en la era del Tahuantinsuyo, Amaru Editores, Tercera Edición 1997, p. 86 y 87). “E implantó el servicio de tucricuts (gobernadores) y tucuiricuts (espías). Pachacútec, como se ve, fue el perfecto y nato organizador del imperio. Legisló todo y unificó políticamente el mundo andino”. (p. 88).
En mi educación: seis años de primaria, cinco de secundaria, y uno de cursos generales en la Universidad, nunca nos hablaron del gran Pachacútec, el mejor gobernante de todos los tiempos; lo conocí al leer Coloquios de Haya de la Torre (Ignacio Campos, 1988, tercer mundo editores, p. 30), con el rótulo “Solo un Pachacútec”.