No a los golpes militares
Por: Carlos Meneses
La posibilidad de un golpe en Bolivia es recusable y merece el repudio de las democracias de todo el continente.
Se ha revelado un intento del ejército boliviano de dar un golpe militar contra el presidente Luis Arce, que todavía no está suficientemente esclarecido en sus alcances y consecuencias, pero que ha provocado la denuncia y oposición del expresidente de ese país, Evo Morales, quien es adversario político del actual gobernante.
La protesta es justa y conveniente, pues los intentos golpistas no deben prevalecer en ningún lugar de América Latina, donde ocurran tendrá como consecuencia lógica el rompimiento del estado de derecho y la debida asunción de cargos de manejo nacional por parte de órganos que tienen otra tarea como es la seguridad colectiva, la defensa de fronteras definidas y el ordenamiento que dispone la constitución y las leyes.
Afortunadamente, la época de las dictaduras ha pasado y en América Latina solo existe en países como Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Ningún militar debe conspirar contra el orden establecido ni está preparada la ciudadanía que corresponda a pagar las consecuencias de una aventura como la que han intentado en La Paz. Cualquiera que fuera la causa de una decisión semejante no son los militares los llamados a resolverla.
En todo caso, corresponderá a los congresos y a los poderes debidamente establecidos a actuar en la forma que se debe y de ninguna manera con el abuso de la fuerza que no está permitido. Es de esperar que la experiencia boliviana termine y no se repita.