La reacción de América
Por: Carlos Meneses
El intento de golpe en Bolivia es también una condena al régimen dictatorial de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Sobre el intento golpista en Bolivia se pueden sacar algunas conclusiones que es oportuno expresarlas. La más importante es que no ha habido país alguno que no haya expresado protesta por el intento de derrocar al gobierno constitucional del presidente Luis Arce, eso es satisfactorio para todos los que creemos que los cambios de gobierno solo pueden provenir de elecciones y no de movimientos sospechosos de crisis interna de un país.
Eso se explica en parte por la actitud del expresidente Evo Morales, quien declaró ser opositor al intento del ahora detenido jefe del Ejército de Bolivia por parte de efectivos policiales, cuando justamente la causa de la intentona podría resultar a favor del propio Morales o a una jugada maestra de quien no quería o al que no convenía el movimiento subversivo.
Con un asunto tan delicado no se juega y recordamos ahora lo que parecía actitud valiente y viril del presidente Arce. Es necesario el esclarecimiento del hecho registrado, pero en todo caso es también una advertencia para que nadie intente un golpe en el continente por tratarse de un recurso vedado y hasta repudiado por toda nación que se precie de su origen democrático.
Una llamada de atención especial debe referirse a Venezuela, cuyo mandatario Nicolás Maduro ha protestado contra el golpe cuando en su propio país está por cometerse un atentado nuevo contra la democracia y el derecho de los pueblos a elegir libremente a sus gobernantes.
Que sepa el señor Maduro que América no está de acuerdo con otra forma de gobierno que no provenga de resultado en las ánforas.