Por: Carlos Meneses

Perú ha sido defensor de los derechos humanos en América Latina y no debemos dejar de serlo, menos ahora.

El presidente del Consejo de Ministros ha declarado sentirse indignado por el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con relación a dispositivo legal recientemente aprobado por la Comisión Permanente del Congreso en segunda votación, que será enviado al Ejecutivo para que sea promulgado.

Es más Gustavo Adrianzén espera reunir el pronunciamiento del Poder Legislativo y del Judicial, así como del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ante la amenaza denunciada en Washington de que el Perú no acepta revisar su política de derechos humanos.

Es verdad, como ha dicho el señor Adrianzén, que el asunto es de delicado trato sobre todo cuando el Poder Judicial chileno estudia ampliar la denuncia que motivó sanciones a Alberto Fujimori por la presunta violación de los derechos humanos ocurridos inmediatamente antes de que se iniciará el plazo para el juzgamiento de los mismos.

El manejo del asunto requerirá de un minucioso pronunciamiento de la Cancillería y puede tener consecuencias que deriven en un enfrentamiento entre el Perú y la Comisión Interamericana, por lo que conviene al interés nacional tener cuidado en el decir y hacer con respecto a una materia tan delicada.

En todo caso, invocamos que en esa discusión se proceda con cautela y sensatez, pues lo peor que puede pasar es que seamos objeto de una condena continental, pues un régimen democrático tiene la obligación de defender los derechos humanos que lidera la Comisión Interamericana y también la Corte Internacional de Derechos Humanos