El hombre que reconstruyó los portales

Por Carlos Meneses Cornejo

Remodeló los de Flores, San Agustín y de la Municipalidad.

ESPECIALES DE AREQUIPA

A lo largo de casi 70 años de ejercicio periodístico he tenido oportunidad de conocer a grandes arequipeños. Intento hablar de cada uno de ellos, lo que hicieron por Arequipa y he decidido empezar por el mejor alcalde que ha tenido esta ciudad en su historia. Son las confidencialidades que un periodista irá contando de su propia vida y la de arequipeños a los que no podrá olvidarse en la historia de la ciudad.

Entre los alcaldes que ha tenido Arequipa destacaron dos que se ocuparon de las obras más importantes del desarrollo de la ciudad. Uno en 1940, cuando llegamos a los 4 siglos de historia de la tierra en que vivimos, se llamaba Julio Ernesto Portugal, quien en 1939 recibió el encargo del presidente de la República para realizar obras públicas financiadas con dinero fiscal, como la habilitación de calles, el teatro y el coliseo municipal, el estadio Melgar, el parque de Selva Alegre, el colegio de la Independencia, la pavimentación a Tiabaya y el asfaltado de todo el centro, la ejecución de estas construcciones fueron respaldadas por el entonces jefe de Estado.

Esta iniciativa de Portugal y del presidente Prado no se pudo concretar, pues siendo la fecha de aniversario, el 15 de agosto, no estaban las obras terminadas y Portugal le propuso postergar la entrega para el 12 de octubre del mismo año. El presidente se disgustó, pero tuvo que aceptar la realidad.

Antiguo Portal de la Municipalidad. (Foto Hnos. Vargas)

El otro gran alcalde fue José García Calderón Bustamante, quien es descendiente del general Domingo García Calderón, que nació el 21 de febrero de 1922 y que hoy, vivito y coleando, tiene cumplidos 102 años de vida. A José García Calderón Bustamante le sorprendió el terremoto de 1958 provocando un desastre, pues toda la ciudad sufrió daños materiales, convirtiendo a sus calles en escombros y dañando sus templos y casonas.

García Calderón Bustamante asumió la tarea de restaurar a su querida Arequipa y quiso empezar por la reconstrucción de los portales de la Plaza Mayor que habían caído también. El mandatario Manuel Prado, los parlamentarios por Arequipa, todos sin excepción y el alcalde designado conformaron una Junta de Rehabilitación y Desarrollo con características similares a la que tuvo el Cusco después del terremoto que afectó a esa ciudad en 1950.

La tarea era enorme, recuerdo que desde Toquepala llegó maquinaria minera para apoyar la tarea de limpiar calles, retirar escombros, sólo entonces pudieron circular vehículos a lado de gentes adoloridas y acongojadas.

El alcalde no tenía recursos y tampoco los dueños de los inmuebles. García Calderón dijo que empezaría primero por el corazón de la ciudad y se hizo a la tarea para remodelar el segundo piso de los portales y convertir en más bella la plaza dañada. No hubo nadie que se excluyera de la labor impuesta. Había que hacer miles de casas nuevas para los que no la tuvieran antes del sismo o para que las rehabilitaran cuando las hubieran tenido.

Albañiles, ingenieros, arquitectos, economistas pusieron manos a la obra, la mayoría no cobraba al igual que el alcalde y los miembros de la Junta de Rehabilitación que alternaban sus labores profesionales o de oficios con rehacer la ciudad.

García Calderón, casado con Teresa Portugal y padre de 4 hijos, se olvidó de los horarios por trabajar y aún ahora, a sus 102 años, muestra la misma voluntad que tuvo entonces para fundar el Banco del Sur, influir en el desarrollo de la Universidad Católica San Pablo y en el Instituto del Sur, adquirió una casa que había sido el molino del Monasterio de Santa Catalina, para rehabilitarla y convertirla en su vivienda, le llama el Molino Blanco y está en el barrio de San Lázaro.

Tiene 4 hijos, la menor se llama Milagros es su compañera permanente, se declara hombre disciplinado y amigo de todos, gusta de consumir café y quienes le conocen saben que es capaz de hacer milagros. Le gustaría volver a nacer para seguir sirviendo a Arequipa.

Portal de Flores en la actualidad.

Alterna su vida en su residencia veraniega de Mejía y también gusta de ir a Tiabaya, para solo ver trabajar a nuestros agricultores, quiso estudiar agronomía y ha sembrado 1000 árboles, además reconstruido monumentos históricos, según confesó al periodista Jaime Rey de Castro Belón que por encargo del diario Perú 21 que dirige la arequipeña Cecilia Valenzuela, lo entrevistó.

Cuando estaba a pocos días de ir a rendir su examen de admisión, el clima limeño le jugó mala pasada y no ingresó a la Universidad Agraria, optó finalmente por el Derecho y al ser preguntado sobre si le habría gustado ser presidente dijo que no, porque no era ambicioso y que se contentó con recuperar el Palacio de Goyeneche que está en la vía Paisajista, lo compró en ruinas y con un grupo de amigos convocados a una cita en el Club Arequipa decidieron ponerlo en valor, todos pusieron de su dinero para reunir lo necesario y devolverlo a belleza y plenitud.

Al preguntarle su nombre dice que es Pedro José García Calderón y Bustamante de la Fuente y que es descendiente de un corregidor y primera autoridad en la Arequipa fundacional. Nació en Arequipa en la calle de Santa Teresa, que ahora se conoce como Melgar, a media cuadra del Monasterio de Santa Teresa, donde vivía una tía suya y al frente de la casa del autor de este artículo.

El periodista que lo entrevistaba alcanzó a preguntarle qué le falta hacer y contestó, comenzar a vivir nuevamente para hacer mucho más de lo que ha hecho.

La Plaza de Armas con la que soñó cuando empezó con la reconstrucción de los portales es probablemente la más hermosa del Perú, se declara amante de la arquitectura típica y del sillar y cuando sueña, solo recuerda al despertar que tiene que empezar una tarea nueva en favor de Arequipa.

Ferviente católico, tiene miedo a los temblores, pero cuando vino el terremoto, el hombre que tiene 8 nietos y 2 bisnietas, trabajó también en rehacer y la apertura al público del Monasterio de Santa Catalina. Es gentil y caballeroso y hasta hace poco usaba sombrero, solo para descubrirse ante imágenes y mujeres bellas.

Este es para mí el mejor alcalde que ha tenido Arequipa

(El siguiente domingo: Los hombres de las casitas)…

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