Los teléfonos inútiles
Por: Carlos Meneses
El castigo que se imponga a los usuarios de teléfonos robados es el perder el presunto beneficio que recibieron al conseguir llevarse el aparato hurtado.
A partir del 22 de julio todos los teléfonos que fueron robados a sus legítimos propietarios dejarán de prestar servicio en favor de ladrones o de quienes los adquirieron.
Con el apoyo de las compañías proveedoras de este servicio, Osiptel ha dispuesto que se conviertan en piezas de museo y en mal recuerdo de quienes los compraron pagando derechos e impuestos. Esto gracias a sistema que recomendaron los técnicos, los equipos de telefonía celular robados ya no podrán recibir ni tampoco transmitir los mensajes que se envíen desde las unidades que tienen la condición de robadas.
Se estima en casi un millón el número de celulares que serán retirados de circulación como consecuencia de esta ejemplar decisión de castigo a los ladrones que robaron a quienes cumplieron con todas las normas para la adquisición de estos aparatos.
En la práctica ese tenía que ser el destino final de lo que fue descuido de unos y agresividad de otros; quienes quieran acudir a una enmienda del mal hecho tendrán que presentarse a algunas de las compañías distribuidoras para llegar a acuerdos y poder recuperar el uso de sus líneas telefónicas.
Es de suponer que a partir de ahora se mantendrá vigente la normatividad que impida que lo mal hecho se repita y aumentarán los casos en que las personas puedan caminar con tranquilidad y con el aparato telefónico al alcance de sus manos sin el riesgo de ser robados.
También se podrá identificar a aquellos compradores que acudieron a sitios informales en busca de lo que fue hurtado. Es una lección que debe tenerse en cuenta para el futuro y también para el accionar policial que signifique el fin de una aventura que costó varios miles de soles para quienes perdieron o creyeron perder sus teléfonos.