Machu Picchu: ¿Cómo llegó Hiram Bingham y qué significó este acontecimiento?
El 24 de julio se conmemorará el 113 aniversario de la llegada a Machu Picchu del explorador estadounidense Hiram Bingham, quien dio a conocer al mundo este formidable complejo urbano, considerado una de las máximas expresiones de la arquitectura e ingeniería monumental inca, lo que le valió ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad y una de las siete nuevas maravillas del orbe.
Si bien las primeras referencias directas a Machu Picchu datan de 1902, cuando un grupo cusqueños, entre ellos el agricultor Agustín Lizárraga, visitó los vestigios de la edificación inca, fue Hiram Bingham, comisionado de la Universidad de Yale y de la Sociedad Geográfica Nacional de Estados Unidos, quien inició tras su llegada, en 1911, las investigaciones sobre la que consideró como la “última capital del imperio de los incas” y fue el principal divulgador de la existencia de Machu Picchu a nivel mundial.
Egresado de las Universidades de Yale y Harvard, donde laboró como catedrático de Historia, Bingham, quien no fue arqueólogo, llegó por primera vez al Perú en 1908 tras participar en el Primer Congreso Científico Panamericano celebrado en Santiago de Chile. Tras llegar a Lima se dirigió a Cusco y Abancay donde conoció, en 1909, la ciudadela inca de Choquequirao, conocida como la “hermana menor” de Machu Picchu, y que ya había sido explorada por varios estudiosos nacionales y extranjeros entre 1834 y 1861.
Allí Bingham registró muchas fotografías del complejo y describió los monumentos edificados por los incas y el entorno natural que rodea a Choquequirao. Finalizada la visita, regresó a Cusco y luego se dirigió a la ciudad de Lima desde donde se embarcó hacia Estados Unidos para escribir sobre esta primera expedición al Perú.
Hiram Bingham retornó al Perú en 1911 animado por su amigo Edward S. Harkness, quien había leído el borrador del libro de su primer viaje y, tras quedar muy impresionado con el relato, le recomendó emprender una nueva expedición para encontrar Vilcabamba, considerado el último refugio de los incas tras la conquista española.
Para financiar la expedición, Bingham obtuvo el apoyo de National Geographic Society, la Universidad de Yale y la Sociedad Nacional Geográfica de Estados Unidos. Tras casi un año de preparativos, Bingham se dirigió a Cusco, donde conoció al subprefecto de la Ciudad Imperial, quien en una cena le mencionó la existencia de Huayna Picchu, la gran montaña ubicada detrás de Machu Picchu, donde el explorador estadounidense pensó que allí podía encontrarse Vilcabamba.