*Arequipeña Alexia Corrales estudia en Estados Unidos.

“No permitas que nada, ni nadie, te diga que no puedes”, es la frase que quedó grabada para siempre en la memoria de Alexia, se la dijo su madre cuando la deportista atravesó momentos difíciles. Por eso es que se hizo fuerte y se dio cuenta de que, a pesar de que el deporte en el Perú es la última rueda del coche, los sueños se pueden cumplir.

A sus 20 años, Alexia Corrales Torres, está cerca de terminar su carrera de psicología en la University of Science and Arts of Oklahoma. Ganó una beca para estudiar en Estados Unidos por destacar jugando al básquet para el equipo de su colegio, La Salle, luego pasó a la Naval en la liga de Lima y posteriormente al Circolo Sportivo. Un entrenador de Oklahoma recibió una recomendación, la contactó, luego de ver un video de su juego se la llevó a jugar por su equipo.

Después de tres años volvió a su natal Arequipa. Aprovechó el feriado para reunirse con los integrantes, damas y varones, del Club San Lorenzo que trabajan en la cancha de Santa Rosa de Lima en Cerro Colorado. Alexia les contó sus experiencias, busca que los jóvenes amantes del deporte logren sus objetivos. Que rompan las barreras de la adversidad y el desinterés de las autoridades del deporte.

“No ha sido fácil, nada es fácil en la vida. Si consigues las cosas es por tu propio esfuerzo, motivación personal y en mi caso, de mis padres. He vuelto a mi querida ciudad con la intención de conversar con los niños y jóvenes para que sepan que el deporte también es un camino para cumplir tus sueños”, explicó.

Cuenta que a los 11 años era la más pequeña de su salón. Le encantaba jugar al vóley en su colegio Sagrados Corazones, sin embargo, su papá le dijo que probara con el básquet. El gran impulso para que se convierta en una de las mejores fue cuando lanzó la pelota y encestó. El deporte se convirtió en su pasión ya que estaba con la pelota dando botes en el patio, en la sala, el parque, la cancha, siempre acompañada de su hermano quien también forma parte de su hermosa historia.

Más de un joven deportista quedó maravillado con cada relato de Alexia y su compromiso de terminar su carrera para luego especializarse en lenguaje de señas y así apoyar a las personas que no hablan o no escuchan. El básquet seguirá siendo su pasión y lo practicará hasta que tenga fuerzas, eso sí, nadie le podrá decir que ya no puede más.