Las elecciones venezolanas
Por Carlos Meneses
Es una pena para la democracia la consolidación de la dictadura de Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela.
En Venezuela los ciudadanos no están obligados a sufragar en procesos de renovación de autoridades elegidas por el voto popular y eso forma parte del aprovechamiento que ha hecho Nicolás Maduro para que con 6 puntos de diferencia con el candidato de la oposición consiga lo suficiente para declararse ganador del proceso.
Maduro habría obtenido un 51% del total de votos computados y la oposición unida el 44.20%, lo cual significa un margen lo más estrecho entre el grupo izquierdista y la derecha libre y libertaria.
Sin embargo, el dictador venezolano ha sido categórico en decir que las fichas no son movibles y que él no tiene la culpa de que, en el resto del mundo, 8 millones de venezolanos no hayan acudido a votar porque no tenían autorización para hacerlo. El ejército de Venezuela que había garantizado el respeto a los resultados coincidió con la posición del gobierno de Maduro y del comité electoral bolivariano.
“Han vuelto a perder y el asunto está resuelto”, dijo Maduro con evidente satisfacción mientras en la capital caraqueña las protestas menudeaban.
Maduro ofreció que se mantendrá en el poder, mientras tenga respaldo ciudadano y admitió como verdad que la oposición estuvo a punto de ganar la elección, pero los no votantes definieron diferente.
La composición del Congreso es un problema aparte y puede significar para Maduro dificultades en las acciones de gobierno. Entretanto, aceptó que varios países sudamericanos liderados por Perú, Argentina, Uruguay, Brasil e incluso Chile no están convencidos de que ganó las elecciones limpiamente.