La participación de los jóvenes en la política es trascendental
EN CAYMA SE ESTÁ HACIENDO UN BUEN TRABAJO
En los últimos años, cada vez se observan más alcaldes jóvenes, algunos han demostrado sus buenas intenciones y su capacidad.
La participación de los jóvenes en la política se ha convertido en un eje trascendental para el desarrollo del país, para la construcción y el fortalecimiento de la democracia, porque ellos activamente deben buscar soluciones a los problemas de Arequipa y de cada uno de sus distritos.
En el plano local es de suma importancia mencionar que la participación de las autoridades jóvenes está ayudando a renovar y fortalecer la política y contribuir al desarrollo de la región, dijo Alfredo Zegarra Tejada, exalcalde de Bustamante y Rivero y exalcalde provincial de Arequipa.
Manifestó que en la región existen varias autoridades jóvenes y algunas de ellas están haciendo bien las cosas, claro hay que entender que la inexperiencia puede jugar en contra, pero si hay verdadera vocación de servicio, la gestión será buena y la que gana es Arequipa.
«Por ejemplo, entre los alcaldes que me han sorprendido está el alcalde de Cayma, Juan Carlos Linares, quien ha demostrado capacidad de gestión en este año y medio de trabajo», indicó Zegarra Tejada.
Han logrado por ejemplo reducir la inseguridad, impulsar la mejora en la infraestructura educativa, el ornato del distrito, vialidad, el transporte va por ese camino, hay muchas cosas por resaltar en Cayma, añadió.
Zegarra sostuvo que en alguna oportunidad, leyó un reporte del Ministerio de Economía y Finanzas, en el que Cayma se ubicó con una ejecución presupuestal superior al 95 por ciento y eso le pareció algo muy bueno, sobre todo, porque esos resultados correspondían al primer año. Recordemos que el segundo año es usualmente el de consolidación de toda gestión municipal.
“Considero que es casi imposible que los trabajos individuales generen buenos resultados, por ello el alcalde de Cayma conformó un verdadero equipo de trabajo, al parecer escogió y nombró funcionarios con competencias, con el fin de construir una adecuada y verdadera gestión pública que logre romper el desequilibrio social y se enfoque hacia el desarrollo social de su municipio o distrito. Se necesita un equipo de trabajo, en el cual todos sus integrantes caminen en el mismo sentido, lo que puede asegurar un destino definido para dicha gestión y la beneficiada es la población”, dijo Zegarra Tejada.
Precisó que lamentablemente en Arequipa y en todo el país, en la administración pública, se ha vuelto muy común que cada funcionario trabaje como individuo o en función de una tercera persona, lo más probable es que al finalizar su período de gestión pública, no muestre avances sobre el camino recorrido.
De otra parte, los alcaldes jóvenes deben tener presente que, para el logro del desarrollo social del municipio o de la ciudad, además de la adecuada gestión pública, también se requiere de una adecuada «gestión civil», fundamentada en la disponibilidad de los ciudadanos para participar en procesos educativos y desarrollar buenas prácticas de convivencia ciudadana; en donde el interés colectivo siempre esté por encima de los intereses individuales, generando la costumbre de la colectividad. Así se logra crear cultura. De hecho, el bienestar colectivo debe ser el objetivo.
En todo esto, la ciudadanía actúa como un ente trascendental para Arequipa, ya que su tarea es de activar a la juventud para que vaya tomando experiencias de su entorno. Es decir, que participe y se involucre en todos los procesos.
En el Perú, la participación política de los jóvenes ha sido promovida desde varios espacios, lo que se reflejó en la Ley del Concejal Joven (2006) y la Ley del Consejero Joven (2009); pero los jóvenes aún enfrentan una serie de dificultades para intervenir más activamente en el sistema político peruano. Por ejemplo, las candidaturas jóvenes son ubicadas, mayoritariamente, en los últimos lugares de las listas o que se utiliza las cuotas de género, joven e indígena de forma concurrente en una sola persona, lo que limita las posibilidades de incorporar a más jóvenes en dichas elecciones.
Los alcaldes y las autoridades en general deben tener presente la calidad de vida de los seres humanos, es decir, la familia, la educación, el ambiente limpio y sano, la salud, el trabajo, la seguridad y la vivienda. Cuando la gestión pública define su destino hacia el logro de la «calidad de vida» de sus ciudadanos, en realidad lo que está construyendo es la vía que conduce al crecimiento y al desarrollo social.