Ministerios sin salida

Por: Giancarlo Peralta

En cada oportunidad que los gobiernos enfrentan cuestionamientos a su acción administrativa deciden crear un nuevo ministerio como respuesta a la inquietud de la ciudadanía; no obstante, sucede que sólo sirven para “ganar tiempo”. La opinión pública le concederá un período de gracia al nuevo ente gubernamental y se olvidará del tema o entrará otro en agenda que haga olvidar el motivo de la creación del nuevo organismo estatal.

Cada vez que se crea un ministerio se le debe asignar presupuesto, contratar burocracia que no sabrá qué hacer durante uno o más años –salvo cobrar su planilla–, conformar un sindicato y exigir que los contribuyentes sufraguemos mayores gastos a cambio de más ineficiencia.

El Perú necesita pocos pero eficientes ministerios y la directiva de la Presidencia de la República, formalizada como política de Estado, debe ser: un país que tiene demandas sociales por atender tiene que generar recursos económicos para satisfacerlas; por lo tanto, todos los órganos del Estado, desde el primer nivel de gobierno hasta lo que corresponda a la primera magistratura de la nación, tienen que orientarse el fortalecimiento del aparato productivo con la finalidad de incrementar los bienes y servicios producidos en el país con la intención de satisfacer la demanda interna; pero, y en simultáneo, estar alertas a las oportunidades que se presentan en el mercado internacional para aprovecharlas empleando nuestras ventajas comparativas.

Si toda la administración pública tiene clara estas directrices, el Perú no requiere muchos ministerios y, en la medida de lo posible, debe implementarse el gobierno electrónico, más si estamos en la era de la inteligencia artificial. El país bien podría contar con: 1) Un ministerio que englobe todas las áreas productivas y las que influyen indirectamente (Ministerios de: Agricultura, Ambiente, Comercio Exterior y Turismo, Energía y Minas, Producción, Trabajo y Promoción del Empleo, Transportes y Comunicaciones, Construcción y Saneamiento (Vivienda iría hacia otro ministerio). Entre ellos, priorizaría a aquellos que resultan indispensables para satisfacer la demanda alimentaria de la población, es decir, Agricultura; seguido de Energía y Minas (la caja del Estado); Ambiente para supervisar que se cumplan las normas sin que éstas impliquen obstruir el desarrollo de los sectores priorizados, tengamos presente que las actividades principales compiten con sus pares de otros países y, por lo tanto, deben mantenerse competitivas; y Trabajo y Promoción del Empleo, porque sin inversión los beneficios sociales se convierten en una quimera, por eso hay tanta informalidad laboral, hay que legislar para las mayorías.

El segundo gran ministerio sería el de Asuntos Sociales, que integraría a: Educación, Cultura, Justicia, Mujer y Desarrollo Social, Salud y Vivienda, porque un país que aspira a ser desarrollado tiene que fortalecer las competencias y capacidades productivas de sus connacionales, de esta manera se echa a andar el círculo virtuoso de crecimiento, desarrollo y generación de bienestar social. Una población nutrida con calidad, en cada etapa de su vida, podrá asimilar el conocimiento que se le brinde en la educación básica, técnica, universitaria y en los aprendizajes que adquiera a lo largo de su vida productiva, lo que, a su vez, permitirá el aumento de su capacidad y el incremento de sus niveles de productividad que finalmente redundan en el beneficio de la población. Incluyo a vivienda porque una casa con todos sus servicios proporciona un ambiente adecuado para el logro de lo mencionado anteriormente.

Un Ministerio de Relaciones Exteriores, Defensa y Orden Público, en la actualidad, la delincuencia es transnacional y pone en riesgo la institucionalidad del país. Basta ver lo que sucede con la minería ilegal, el narcotráfico y la tala ilegal que disponen de recursos inmensos con los que compran conciencia y logran participación política en las diferentes estructuras del estado nacional. Además, existen estados como Cuba y Venezuela siempre han estado bajo sospecha de alentar, fomentar y entrenar grupos violentos que buscan boicotear el desarrollo de países que no comparten sus ideales o influir en el resultado de los procesos electorales de las naciones que optan por el sistema democrático de gobierno, que implica alternancia y no “reelecciones” sucesivas con baños de sangre.

Otro sería el de la Presidencia del Consejo de Ministros y Economía y Finanzas, tiene que existir una coordinación entre la esfera de negociación política y el que se encarga de mantener en orden las finanzas públicas. Sin generación de ingresos económicos suficientes es imposible atender demandas de cualquier tipo. Se ofrece o proporciona solo aquello de que se dispone.

Hay que seguir el ejemplo del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), considerado el mejor a nivel internacional en el control de la inflación y la estabilidad de la moneda nacional. Práctica similar hay que extenderla a toda la administración pública. P.D. Es menester señalar que el BCRP ha logrado destacarse gracias a que cuenta con normas de orden constitucional que garantizan su autonomía.

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